Bien, pues ya hemos tomado tierra en Savannah. Ya respiro el mismo aire que ella. Sólo nos separa un rato más y en cuanto me cambie de ropa y me refresque, la tendré a mi lado. Ha sido un largo viaje, pero merece la pena con tal de estar junto a Anastasia. Taylor, tan eficiente como siempre lo tiene todo dispuesto y organizado. Ha alquilado un coche que recogemos en el mismo aeropuerto y ha reservado habitación en el mejor hotel. Espera mis órdenes:
- Vamos al hotel Taylor. Hace un calor agobiante. ¿ Te alojas en el mismo hotel que yo?
-Si señor Grey. Creí que era lo más conveniente para estar más cerca por si me necesita para cualquier gestión.
-Bien hecho, Jason, bien hecho. No sé lo que haría sin ti
-Seguir adelante, señor Grey, seguir adelante. He de decirle que estoy muy satisfecho de estar a sus órdenes. Es usted un magnífico jefe, espléndido y muy considerado con sus empleados
- Es una visión egoísta. Si estáis contentos, trabajaréis perfectamente. Ese es el resultado de la ecuación, Jason. Una transacción; por un trabajo un salario suficiente para que la gente viva bien, sin agobios, porque todo ello redunda en el servicio. Soy un jefe afortunado, todos mis empleados sois magníficos. Y ahora lleguemos al hotel de una vez
Me ducho con el agua casi fría. A pesar de ser muy confortable la habitación, fuera, en la calle, hace un calor húmedo bastante molesto. El hotel es bonito, pero demasiado recargado para mi gusto. A mi me gustan más funcionales, no tan rococó y recargado, pero bueno..., si a ellos les gusta...Dejo correr el agua sobre mi cuerpo, que a pesar de no haber dormido casi, de tantas horas de avión y tanta excitación vivida, me siento bien, eufórico. Desde que sé el significado de lo que me ocurre, me siento contento, y nada preocupado. Tendremos que aclarar algunos puntos, porque tengo una duda ¿sentirá ella lo mismo ? ¿ se conformará con cenas, cines, o paseos? ¿ la tendré los fines de semana en exclusiva? ¿ Y si cuando trabaje conoce a algún chico que le ofrezca todo lo que yo no estoy dispuesto a darle? Para, para, Grey. Primero tienes que saber si Elena tiene razón o no. Si sólo ha venido aquí para ver a su madre, o es que tiene miedo de lo que la estás ofreciendo y no es lo que ella esperaba. Esta bien, pronto saldré de dudas.
Ya vestido y arreglado de forma informal, me dirijo a la cafetería del hotel. Consulto el móvil y compruebo que el GPS sigue conectado al teléfono de Anastasia. Pido un refresco y sentado en la barra miro a mi alrededor, más por curiosidad que por otra cosa, pero la sorpresa es grande cuando...
-¡ Anastasia ! ¡ Qué bonita es ! Ese color tostado le sienta de maravilla. Supongo que con quién está es Carla. parecen dos amigas, más que madre e hija. Menos mal que desde este sitio no puede descubrirme. Aguardaré unos instantes y haré acto de presencia. Lo que no me gusta es que tengan la mesa con bastantes copas, y ahora el camarero les sirve otra tanda que apura casi de un trago. Tiene un gesto... Yo diría que está enfadada. De vez en cuando mira como a escondidas algo que tiene en el bolso. ¡ Qué raro ! Ahora pasea la mirada por el lugar como buscando ¿ qué ? Pero al mismo tiempo pone un gesto de disgusto. Es todo un enigma señorita Steele. ¡ Por Dios ! ¿ Busca emborracharse de nuevo? Ha terminado con la copa de antes y ya están pidiendo otra. He de intervenir si no quiero verla como en determinada ocasión. Está enfadada, no me cabe la menor duda. La enviaré un mensaje, y a ver qué pasa
-"¿ Cuántos Cosmos vas a beber? ".
Eso le dará qué pensar, pero ahora voy a su encuentro. Ha leído mi mensaje y se ha dado cuenta perfectamente de que estoy aquí. Estoy deseando verla, tomar su mano y acariciarla. Si no fuera porque está su madre delante, la cogería, la abrazaría y la besaría como un loco. Tres días son demasiados para no estar con ella. Mi diosa se ha apoderado de mi totalmente. Tengo que averiguar lo antes posible, qué sentimientos la mueven hacia mi.
- ¡ Hola !
-¡ Christian !. Pero... pero... qué haces en Savannah
-Te echaba de menos, tu me echabas de menos... Lo justo es acortar distancias, y para mi era más fácil que para ti. Bien aquí estoy.
Me presento a Carla, que me resulta simpática y sorprendida, es decir las dos están sorprendidas de mi presencia allí. No entienden que para mi es muy fácil; sólo tengo que dar una orden y ponerme en movimiento. Se levanta y nos deja a solas, algo que yo estaba deseando. Anastasia me mira con esos ojos insoldables a veces, mitad enfado, mitad alegría. La beso en la mejilla y acaricio suavemente su cara y su cabello. Necesitaba sentirla, necesitaba verla desesperadamente. Ha hecho que crecieran en mi unos sentimientos que hasta hace un día ni siquiera sospechaba que tuviera. Si esto es estar enamorado, bendito sea, porque llena mi corazón y mi espíritu de algo puro y limpio por esta mujer, que ha hecho el milagro de despertar en mi algo que nunca antes había sentido. ¿ Elena me inspiraba lo mismo cuando comenzamos la tormentosa relación que tuvimos? Si comparo las dos, rotundamente no. Con ella era sexo, atracción sexual. Con Anastasia es algo sutil pero grande: deseo estar con ella, aunque sea sin sexo, sólo por verla, por cuidarla, por protegerla.
-¿ Estás enfadada conmigo? - la pregunto porque presiento que la cosa va por ahí
-¿ Crees que debo enfadarme ? - me pregunta irónica
-Creo que no. ¿ Qué motivos te he dado para ello ? He recorrido una gran distancia sólo por verte, para estar contigo. ¿ No es suficiente?
- A ver. Déjame pensar... ¡ Ah, si ! Esperaste que me viniera para salir de copas, de cena o de algo más con esa mujer. Con Mrs Robinson, por si estás algo despistado y no sabes a quién me refiero.
Doy por sentado que si el Amo incumple una norma, a pesar de que me asegura que es monógamo, la sumisa también puede hacerlo
Al escuchar esta última frase, se me hiela la sangre. está claro, ha conocido a otra persona. Me lo temía, me lo temía: Anastasia no me quiere; sólo se siente atraída por el placer que puedo proporcionarle. Pero es un placer, que aunque diferente, también puede dárselo otro hombre. He de aclarar esto inmediatamente.
- Anastasia, sólo fue una cena, nada más, porque es una amiga y socia. La relación sexual hace tiempo que no existe, ya te lo he dicho. Además suelo consultarle cosas que me inquietan y ella, que me conoce bien, me aconseja lo que debo hacer. Sólo me atraes tú, deberías saberlo.
-¿ Has necesitado consejo en esta ocasión? ¿ No podía habértelo dado tu madre ?
- No Anastasia, sobre el tema a consultar, mi madre no podía dármelo
- ¿ Y puedo conocer qué consejo te ha dado? ¿ Tenía yo algo que ver ?
-En efecto, pero la verdad es que tu siempre tienes algo que ver conmigo, de un tiempo a esta parte
-¿ Y que te ha dicho ?
- ¿ No te basta verme aquí ?
¡ Vaya hombre, qué oportuna !. Su madre ha vuelto, y en el aire ha quedado pendiente la pregunta, pero la respuesta la obtengo de los ojos de Anastasia, que se han dulcificado y sonríe muy levemente, pero sonríe. ¡ menos mal !, parece que las cosas se van arreglando.
- Bien señora, señorita- la digo haciéndola un guiño- ustedes tiene mucho de qué hablar y yo he de conectar con la oficina. Me retiro con vuestro permiso
-Christian - me dice Carla- Bob desea conocerte. Ana nos ha hablado mucho de ti
- Espero que bien, Carla, y si, me encantará saludarle- respondo
-Bien. ¿ Mañana a cenar, entonces?
- Desde luego. Será un placer. ¡ A propósito ! me hospedo aquí en la 612
- ¡Qué casualidad! - me dice Anastasia todavía con enfado - Te has hospedado en el mismo sitio en el que estamos tomando unas copas. ¡ Qué coincidencia ! ¿ no ?
- Anastasia, pura casualidad, nada más ¿ Qué otro objeto crees que hay ?
Ella no me responde y su madre nos mira como no entendiendo nada , o entendiéndolo todo. Espero que no todo entienda. Confío en Anastasia y creo que no le ha comentado nada sobre el tipo de relación que deseo tener con ella; si no fuera así, creo que no me habría invitado a cenar y me hubiera echado con cajas destempladas de su mesa. Creo que mi secreto está bien guardado por mi chica, que por muy enfadada que esté conmigo, nunca me perjudicaría.
Me despido y voy directo a mi habitación. Consulto mi reloj y llamo a Ross que aguarda mis órdenes. A los cinco minutos, unos golpecitos discretos en la puerta, me indican que Anastasia será mi huésped esta noche.
Autoría: Versión libre de 1996rosafermu( Basada en la novela de E.L.James Cincuenta sombras de Grey)
Ilustraciones: Cincuenta sombras de Grey
Ilustraciones: Cincuenta sombras de Grey
Edición: Año 2017
DEREC HOS DE AUTOR RESERVADOS
DEREC HOS DE AUTOR RESERVADOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario