CHRISTIAN AND THE SHADES

CHRISTIAN AND THE SHADES
Todo lo relacionado con Cincuenta Sombras de Grey. Basado en la trilogía de E.L. James

miércoles, 24 de febrero de 2021

Los Grey / La liberación de Christian - FINAL

 Hoy tenemos fiesta familiar. Mi hijo cumple dos años.:mi Teddy.  Ha pasado el tiempo tan rápido, que aún me parece mentira que esté entre nosotros. En camino viene otro hijo nuestro, de Ana y mío, y todas las recomendaciones que me hacía cuando rechacé al niño, se han quedado cortas. ¿ Cómo se les puede amar tanto y de tal manera ,que haces lo imposible para que nada ni nadie les dañe ?


Pero a pesar de todo, en mis recuerdos permanece cuando Ana me dio la noticia de su concepción. " No tengas miedo, yo también estoy asustada.  Pero creceremos juntos. Estamos formando nuestra propia familia..." ¡ Mi familia ! a la que amo y protejo con todas mis fuerzas.  Pronto seremos cuatro, y en nuestro entorno todo es armonía.


Todo ha cambiado a nuestro alrededor: Taylor y Gail, se han casado y viven en nuestra casa, independientes con Sophie que cada vez viene a ver a su padre con más frecuencia.  Se compenetra perfectamente con Gail, lo que hace que el bueno de Jason sea feliz.  Es como si al encontrar nuestro rumbo, Ana y yo, se centrara todo nuestro entorno.  Sawyer y Ryan, permanecen trabajando para Grey Enterprises  en la Seguridad.

Nuestra familia se ha visto aumentada: Kate y Elliot han tenido una hija, y mi hermano está loco con ella y cada vez más enamorado de Kate.  Ella y yo, parece que nos vamos entendiendo. Vendrán,junto con mis padres, bueno Grace y Carrick, ya han llegado.  Desean pasar el máximo tiempo posible con Teddy.  Están orgullosos y satisfechos con sus nietos.  Ray pasa grandes temporadas en casa, por lo que también estará presente. José Rodriguez, terminó su carrera y se está convirtiendo en un fotógrafo muy apreciado, especializado en paisajes; no ha vuelto a realizar fotografías de personas.  Sé que sigue enamorado de Ana, pero es un amor callado y bueno, por eso al fin nos hemos hecho amigos. Algún fin de semana cena con nosotros, y mientras Ana acuesta al niño, a solas  los  dos, recordamos  aquella noche en que Ana se emborrachó  Nos reímos juntos de la anécdota. No hay picardia en él, es respetuoso.  Sigue siendo el mejor amigo de Ana.  Sigue soltero y sin novia  Acudirá a la fiesta con su padre, amigo inseparable de Ray-.


 Todo nuestro mundo está centrado, organizado y el eje principal sigue siendo Ana.  Mis padres la adoran y bendicen la hora en que nos encontramos, aunque siguen ignorando el motivo del por qué yo la perseguía.  A día de hoy pienso que esa fue la excusa, pero que en realidad    me había enamorado de ella desde el prime instante , pero no lo sabía; ignoraba aún ese sentimiento.

Comeremos en el porche, en el mismo que Gia quería anular y que la imposición de Ana hizo que fuera conservado, y como todas sus decisiones, fue una magnifica idea.

Voy a la ciudad a recoger un encargo de Ana.  Creo que ha sido una excusa, para quitarme de el medio, porque entre Teddy y yo organizábamos mucho alboroto con el tren que le he regalado.  Mi madre se ha hecho cargo de él, mientras Ana dispone los últimos toques de la comida.


He pasado cerca del Escala,  deseo subir a mi antigua casa que ahora permanece vacía,. Sólo de vez en cuando Ana y yo venimos para nuestros juegos, y alguna noche pernoctamos en ella. Aparco en una de mis plazas. El ascensor me lleva hasta el ático.   Recorro sus habitaciones cargadas de historia, de mis historias, y dejo para lo último el cuarto rojo . Deseo desmontarlo, pero Ana no quiere. Entramos en esa habitación por expreso deseo de ella; a mi no me gusta, me trae recuerdos que deseo olvidar. Ahora mi vida está centrada, controlada y feliz.  hoy es el cumpleaños de Theodor Grey Steele, mi hijo.  De ese hijo engendrado entre estas paredes,en  un principio rechazado, y ahora amado con todas mis fuerzas. Tiene el pelo cobrizo, los ojos azules, inmensos como su madre,  Terco como yo, de sonrisa fácil, porque es un niño feliz. Y me emociono cada vez que le veo.   Satisfecho de la familia creada por Ana y por mi.  Y espero ansioso la llegada de Phoebe, una niña, para completar nuestra felicidad. Gracias Anastasia Rose  Steele por aquella mala, malísima entrevista que cambió mi vida, pero la tuya también.  Después de aquello nada fue igual.  Tuvimos que derribar muchas barreras, que sin ti no hubiera sido posible , pero aquí estamos, con una familia creada por ambos, como me anunciaste. Gracias Ana por todo lo que me has dado.



Relatos libres de 1996rosafermu, basados en la novela de EL.James " Cincuenta sombras de Grey"
Fotografias : Cincuenta sombras / Internet / Fanfiction
Edición: 2016 / 2017
Comenzaron a publicarse en las fechas que detallo a continuación:

Las obsesiones de Christian --------------------Mes de Junio
Las oscuras sombras de Christian--------------           Julio
La liberación de Christian ------------------------            Septiembre / Octubre / Noviembre
                                                                   
                                                                  2016
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS
                                         


Los Grey / La liberación de Christian - Capítulo 40 - Un hogar para una familia

 Me despierto y dirijo mi mirada, lo primero de todo, hacia Ana. que duerme tranquila a mi lado.  Sonrío, tengo motivos para hacerlo: ella está bien, hemos solucionado nuestros problemas y estoy contento y feliz.  Despacio me levanto; tengo en mente algo que sé le va a gustar.


Después de asearme me dirijo a la cocina donde Gail está preparando el desayuno.  Ella también sonríe, hoy todos sonreímos. Ha tomado cariño a Ana.  Seguro que la ve tan joven, que creo piensa que podría ser su hija.  Cuando estoy terminando mi desayuno, siento unos pasos que se acercan rápidos hasta mi, es Ana.  Se ha levantado y vestido como para ir a algún sitio

La pregunto y me responde que va a trabajar, algo que ni por lo más remoto  va a  ocurrir.  Hay que seguir a rajatabla las indicaciones de los médicos, y dijeron ocho días de reposo antes de incorporarse al trabajo. Y puede estar segura que los va a cumplir



- Creo que va a ser que no, Ana-. Se extraña de que aún esté desayunando tranquilamente y en vaqueros, y es que he decidido que hoy yo también hago trampas al trabajo. Iremos a ver qué tal marchan las obras de nuestra casa.  Estoy deseando vernos allí,  en aquel bonito lugar.  Se lo digo y a ella le gusta la idea. Por una orden mía, Gail, ha preparado una cesta de alimentos: : haremos un picnic en nuestro nuevo jardín.

A los dos nos gusta el aire libe, sobretodo a Ana que de ninguna de las maneras renunció al prado.  Veo que come con avidez el desayuno que le ha preparado la señora Jones.  Estoy asombrado, ella que siempre hace remilgos a la comida.  Se detiene un momento y me mira extrañada de mi asombro, y enseguida sé la respuesta: es por el embarazo.  La miro detenidamente  con el miedo asomando a mis ojos, pero ella con un apretón de mano y un beso en la mejilla, consigue calmarme, pero no desechar el temor.

Vamos en el coche y ella no hace mas que preguntar dónde vamos. 
" No lo sé, cuando nos cansemos paramos el coche y nos tumbaremos en la hierba en cualquier sitio ", la respondo.  Pero ella reconoce la carretera, se acuerda de cuando vinimos a ver la casa.  Me mira sonríe y satisfecha suspira. Tomo su mano, y la pongo sobre mi rodilla.  Me gusta sentir su contacto mientras conduzco.  Ella interpreta otra cosa y desea jugar.  Tengo que darle un no rotundo para que no siga.

- La orden del médico fue tajante. Ocho días de reposo
-¿ Ocho días? No soy de cristal ¿ sabes? y han pasado muchos días sin ...
- Ana... Ocho días - la digo riendo.  Ella retira su mano de mi pierna enfadada, pero yo la recupero y vuelvo a ponerla en la rodilla.



Ya hemos llegado, estamos frente a la fachada, pero todo es desorden de camiones, andamios .  Obreros que van de un lado para otro, y la casa con los tabiques en el suelo.  Nos miramos pensando ambos lo mismo

- Navidad está muy cerca.  Creo que este año no pondremos el abeto en el salón de esta casa.  ¿Pero te has fijado cómo está?- La digo desilusionado.  Una voz lejana nos llama y nos hace señas con los brazos. Ambos miramos y descubrimos a Elliot encima del tejado.  Nos dice que baja a por nosotros, y efectivamente llega sonriendo con dos cascos de obra

Abraza efusivamente a Ana y me da unas palmadas a mi. Ya en repetidas veces lo ha hecho sin que me haya producido rechazo alguno. Le quiero, es un cabeza loca, pero le quiero. Espero que Katheine le meta en vereda.

- Elliot, para Navidad no estará la casa lista - le digo adivinando el pensamiento de Ana
- Eres un desconfiado, te dije que para Acción de Gracias estaría terminada , y si algo tiene mi empresa es eso precisamente: la formalidad en las fechas
-¡ Pero si está hecha un desastre!- El se rie y nos da los cascos para que nos los pongamos.

Con cuidado recorremos la casa y paseamos la mirada por sus paredes. Unas han desaparecido y otras las están levantando. Vamos hacia la cocina y resulta ser una habitación sin tabiques, sin suelo sin nada. Ana y yo nos miramos y ella me dice sonriendo : " olvídate de los carísimos cuadros que compramos"


Yo me río, la tomo de la cintura y subimos por las escaleras hasta la primera planta. Entramos en el que será nuestro dormitorio y sonreímos satisfechos porque allí sólo tendrán que modificar el vestidor y el baño. Miro a Anastasia que está contemplando el paisaje  que se ve desde la cristalera .  El sol brilla sobre sus cabellos  oscuros, pero con reflejos más claros.  Al verlos recuerdo Versalles, el salón de los espejos y de la frase que pronuncié " Sería capaz de construir uno igual, sólo por ver el reflejo del sol en tus cabellos".
La beso en ellos, y me detengo un momento en mi beso porque pienso que podría haberla perdido para siempre con todo lo ocurrido.  Pero está aquí, la tengo junto a mi y estamos viendo nuestro futuro hogar.  Hoy todo está bien

- Mira - la digo.- Estas podrían ser las habitaciones de los niños. ¡ De los niños ! ¿ He dicho eso?" Lo has dicho Grey, eso es señal de que lo has aceptado." Esta será una casa familiar en la que corretearán, gritarán, llorarán y reirán nuestros hijos.  No habrá cuarto rojo, aquí no. Pero si un cuarto de juegos para ellos solos.  De reojo, veo que Ana me mira en silencio sonriendo ¿ Está leyendo mi pensamiento? Sé que lo hace, porque yo también lo hago; hasta en eso estamos compenetrados.

Reclina su cabeza en mi hombro y lentamente bajamos las escaleras.  Nos despedimos de Elliot y de todos los obreros.  Cuando ya vamos saliendo, Ana hace que detenga el coche: estamos justo frente al prado.

- ¿ Quieres pasear un rato por ahí ? - Se positivamente que va a decirme que si, y por ese motivo hice que prepararan una cesta de picnic. Abro el porta equipajes y la saco junto con una manta que compramos en Londres.  Ella palmotea de alegría y da saltitos, algo que freno inmediatamente. A veces es como una niña pequeña, claro que es muy joven. Sin embargo otras veces...  se convierte en una mujer.., pero que muy mujer.

Ana mira el entorno.  No se ve ni la casa ni a los obreros.  El césped está alto, y una idea en mi cabeza se abre paso, pero será más tarde.; ahora comeremos y charlaremos.  Extiendo la manta y Ana se tumba en ella. Mira hacia el cielo, sonríe y suspira de satisfacción.  Yo la beso y también me tumbo a su lado cogido de su mano.

 He recibido una llamada de Ros y me anuncia que lo de Taiwan está cerrado.  Al verme sonreír me pregunta si son buenas noticias.  Le digo que excelentes. No sólo no despediremos a nadie,sino que además tomaremos más gente para trabajar.

- Pensé que irías tú a Taiwan
-  Estabas en el hospital, debía estar contigo,  no me iba a ir tan lejos,  teniendo a Ros que es mi mano derecha.  La gestión la ha realizado  perfectamente.

  Hemos terminado de comer.  Me tumbo en la hierba que está mullida y desprende un olor como a tierra mojada. Estoy satisfecho y feliz. Ana está a mi lado y me mira ¿ en qué estará pensando?.  De repente se inclina hacia mi y me besa en los labios acariciando  mi pecho y desabrochando los botones de la camisa que llevo puesta.  Trato de frenarla, pero recuerdo que la doctora dijo que no había problema y ya han pasado tres días, ha sido una tregua. Así que sin poder resistirme, respondo a su beso.  Desabrocho su blusa y dejo al aire  su cuerpo.  Con mi dedo índice libero sus pechos del sujetador. Los acaricio suavemente, acaricio su garganta.  Me incorporo y la siento sobe mi.  Levanto su falda y acaricio sus muslos, que tanto he echado en falta desde hace tantos días.  Beso y muerdo cada centímetro de piel. Y ella entorna los ojos y respira profundo. Bajo sus braguitas y acaricio su sexo y ella responde " ¿ Y tú ?" Se echa hacia atrás y desabrocha mi pantalón, los baja junto con mi slip. Ya estamos los dos frente a frente, de igual a igual y con cuidado, sentada en mi regazo,  la penetro suavemente, disfrutando de ese momento tan íntimo que tanto hemos echado de menos. Hemos inaugurado nuestra casa de la mejor manera que podíamos hacer. Es lo que sabemos. es nuestra conexión  Y nuestros suspiros y jadeos van al unísono y es rápido,quizá por la abstención que hemos tenido, pero incontrolable, pronunciando su nombre con  reverencia y ella el mio diciéndome que me quiere.

Está tumbada sobe mi pecho, y ambos estamos medio desnudos, pero no nos importa.  Esa es la conexión que necesitábamos, la que acabamos de tener, pero esa paz y ese éxtasis se ve interrumpido por una nueva llamada. Levanto a Anastasia que se acomoda la ropa y yo hago lo mismo, rebuscando el teléfono en el bolsillo del pantalón

- Grey -contesto. Y al otro lado del teléfono escucho la voz de Welch, primero me muestro alarmado, después contento.  Ana me mira seria sin entender nada de lo que ocurre, y con temor de que sea una mala noticia.  Cuando cuelgo le notifico, que sabemos quién pagó la fianza de Jack y resultó ser el marido de Elena Linc. Pienso que al final se enteraría de que fui yo quien se tiraba a su mujer , y lo hizo por venganza, pero esta vez se las va a ver negras con el plan que tengo trazado.  Nuevamente llamo a Ross. Le doy orden de que compre todas las acciones de la empresa maderera de Linc. Voy a hundir su negocio.  Ana se alarma pero la explico que eso es algo personal. Ha hecho la vida imposible a mi familia y han pasado cosas graves con mi mujer y mi hermana.  No ha sido él, bien es verdad, pero si propició que otra persona lo hiciera pagando su fianza.  Así que sí, me asiste ese derecho.

Tengo que proteger a mi familia,esa es mi responsabilidad.  Sin darme cuenta me veo acariciando el vientre de Ana y ella me mira con ternura.  Me parece imposible que vayamos a ser padres.  Repito a Ana que sigo con un miedo atroz y ella me responde que también tiene miedo, pero que entre los dos saldremos adelante. " Creceremos juntos Christian, los tres". " No pienses ni   por un momento que serás un mal padre, porque yo no te lo pemitiría. Eres cariñoso, inteligente, divertido y mandón".  Se echa a reir y yo la miro y por primera vez siento que mi miedo va siendo menor.  La beso y repito mi letanía preferida : " Ana, mi Ana".

  Han pasado los meses y el vientre de Ana ya es abultado. Cuando nos acostamos la sigo abrazando, pero también a su vientre.  Ella me ha enseñado a querer a ese pequeñín que crece dentro de ella. Sabemos que es un chico y todo está normal. Ya sólo faltan dos mess para que nazca mi hijo. Y al pronunciar esas palabras, siento que mi pecho se ensancha.

 Ana desea que vayamos al cuarto rojo, quizá a jugar por última vez antes de que ella de a luz. Tengo miedo de que pueda perjudicarla, aunque no le haré nada para dañarla.  Pero es mucha la excitación que siente con cualquier caricia.  Pienso que su estado de gravidez hace que su líbido sea mayor, pero el caso es que nuestros encuentros sexuales siguen siendo fantásticos, aunque ahora practicamos el sexo vainilla, que para nada es soso y aburrido..

La he atado a la cruz y recorro su cuerpo con  el látigo de tiras  suavemente, sin azotar. Conozco sus partes estratégicas  y en ellas me centro.  Al cabo de un rato, la descuelgo  y despacio la deposito en la cama. No podemos tener sexo en la postura normal debido a su vientre. La tumbo en el borde de la cama  y allí despacio,  la poseo por última vez antes de dar a luz, en esa habitación impregnada de recuerdos para mi.



Al cerrar la puerta de ese cuarto tras de nosotros, cierro también una etapa difícil de mi vida. No me gusta mucho venir aquí.  Si lo hago es por complacerla, pero después de tener al niño será difícil que volvamos

Autoría:   Versión libre de 1996rosafermu( Basada en la novela de E.L.James  Cincuenta sombras de Grey)
Fotografías: Internet
Edición:  Año 2017
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

martes, 23 de febrero de 2021

Los Grey / La liberación de Christian - Capítulo 39 - Confidencias a medianoche

 La fiesta familiar ha resultado muy bien. Se notaba en el ambiente el cariño y la preocupación que habíamos sentido en los malos días pasados.  Todo eran halagos y cariños para Ana. Se han ido temprano para que ella descanse, pero mis padres me han explicado todo lo que ellos sabían de la vida de mi madre. Confirmaron que la pareja de las fotos era el matrimonio de la casa de acogida, y que como había supuesto Ana, yo estaba en ella, con una mantita ,como protegiéndome, y también detrás mio, estaba Jack.


Poco han podido añadir a lo ya redactado en el informe.  Ahora tengo la sensación de que fue una víctima y siento en mi interior compasión por ella.  Volveré a leer el informe más concienzudamente.  Deseo repasar  punto por punto toda esa parte de mi vida borrada de mi memoria debido a la corta edad que tenía.  Y pienso en el niño que se está formando en el vientre de Ana.  Le protegeré de todo, pero primero he de aceptarlo.  Está ahí, pero el miedo no me abandona.¿ Cómo voy a explicárselo a ella? ¿ Cómo voy a decirle que todos los terrores que sufrí cuando era niño, se condensaron en esa sola palabra y lo que significaba  "estoy embarazada".  Creo que me preguntará por lo hablado con mis padres, y una cosa llevará a la otra, pero esta es una barrera que no puede existir entre nosotros y estoy dispuesto a derribar de una vez.  Los secretos no me han traído más que malas consecuencias.  El recuerdo de los últimos, aún me ponen la piel de gallina.


Ya estamos solos. Ana está fatigada y deseo que descanse. La atraigo hacia mi suavemente, pero al mismo tiempo deseo  acabar con los secretos, porque éstas serán las últimas barreras en caer, mis últimas sombras.

- ¿ Te encuentras bien? - la pregunto
- Si, estoy bien . ¿ Qué es lo que hablaste con tus padres?
- Curiosa como siempre señora Grey - ella ríe despacio y se vuelve hacia mi

Estamos frente a frente, mirándonos.  Ella con sus transparentes ojos que no esconden maldad. Los míos grises, más plomizos, porque tras ellos hay algo oculto y no se si será el momento de abrir mi alma oscura.

Lo que mis padres me dijeron, ha sido poco, ya que ellos trataron de averiguar mi origen, pero no encontraron a nadie que les aportara detalles. A Welch le ha costado mucho tiempo poder realizar el informe que me ha traído, que no aporta gran cosa a lo que recuerdo.  Pero al menos conozco cómo era mi madre y como empezó su cuesta abajo.  Pero ahora no quiero hablar de eso
-¿ De que quieres hablar?
-De mi propia cuesta abajo.  Deseo contarte cómo empezó todo y que nadie sabe más que otra persona y yo; y después tú, cuanto te lo haya contado
-Esa otra persona es Elena ¿ verdad ?
- Si Ana, es Elena.  La historia no existiría sin ella

"Era un chico peleón, y no se muy bien porqué, pero siempre estaba enredado en peleas, insatisfecho de todo, regañando con todos. a la única que respetaba era a Grace.  A Carick no le respondía cuando me regañaba por algo, pero en mi interior protestaba."
.

Comencé a trabajar en su casa descargando escombros de una obra que habían realizado.  Era alto y bastante fuerte para mis quince años. Era Agosto, y las fuerzas del infierno habían abierto sus puertas y enviado todo el calor a la Tierra. Era espantoso: al sol y cargando escombros.  La conocía ya que el matrimonio era asiduo en casa de mis padres, y sobretodo ella, muy amiga de mi madre. Con la distancia que marca el tiempo, ahora recuerdo que ella, cada vez que me veía no dejaba de mirarme y de sonreírme.

Aquel día la vi en un plano muy distinto.  Estaba sudando y apareció igual que un ángel en medio de esa solanera. Llevaba una especie de camisón de satén y una bata por encima, abierta, que dejaba entrever la forma de su cuerpo, perfecto, esbelto. No podía dejar de mirarla, sobretodo a cierta parte de su cuerpo que permitía imaginar,  por el escote del camisón. Dejó la jarra sobre una mesa de jardín, y me ofreció un vaso de limonada, sonriente y sin dejar de mirarme.
Se insinuaba a mi constantemente, se aproximaba, después se retiraba, y sonreía, siempre sonreía. Comenzó por alabar mi musculatura y lo fuerte que era para acarrear tan pesado trabajo. Ni una sola vez hizo intención de tocarme.  Se agachaba de vez en cuando, apoyándose en la mesa, sin duda para que viera sus bien torneados pechos. Mis hormonas estaban al límite.  Nunca había conocido a una mujer más hermosa y voluptuosa que aquella.

Exactamente no recuerdo qué la dije.  No se si una inconveniencia o fue una excusa de su parte para comenzar lo que vendría después.  Alzó su mano y me dio un bofetón tan fuerte que creo dejo sus dedos marcados en mi cara.  Me quedé sin habla; no esperaba aquello.  Ninguno de los dos hablábamos, pero fue ella la que rompió el silencio acercándose a mi. Me acarició la cara en donde había estampado su mano, suavemente. Después me besó... en la boca.  Un beso largo, juguetón invadiendo mi boca con su lengua.  Nadie me había besado así.



 Las chicas del instituto dejaban que las besara sin apenas rozarles, me dejaban acaricia su escote y después se iban riendo, dejándome hecho polvo.  Pero ella no.  Me dio un beso de adulto, al que yo correspondí no como un chico adolescente, sino como un hombre. La abracé, y ella se dejó. Se pegó a mi cuerpo y sintió perfectamente mi erección.  Luego bruscamente se separó de mi, dio media vuelta y se marchó por donde había venido.
Cuando terminó el trabajo de ese día, pensaba que ya no volvería, después de lo vivido en aquel patio.  Pero salió a la puerta de la cocina, y desde lejos me dijo: " mañana a la misma hora ".  Y volví al día siguiente, y se las arregló para que la asistenta no estuviera. Me llevó a su dormitorio y me desnudó, haciéndolo ella también. Por primera vez podía contemplar el cuerpo desnudo de una mujer, en vivo, y no a través de revistas.  Mis ojos ansiosos,  la recorrían de arriba a  abajo;  ella se tumbó en la cama y me dijo "ven".  Te puedes imaginar lo que ocurrió después. Y allí en aquel momento, me convirtió en un hombre. Ya no me conformaba con los pequeños "placeres" de adolescente, sino que había experimentado algo único: sexo de verdad.


Cada día me enseñaba algo diferente, me ataba las manos, me ponía un collar como a los peros y me castigaba duramente,  bien con un látigo o con una vara.  Las palizas eran muy duras, pero luego me compensaba con el sexo duro que a ella le gustaba y a mi también..  Pero llegó un día en que me hice el dueño de la situación y fue ella quién recibía el castigo y yo quién era el director. Después de los castigos, llegaba el sexo: insaciable, brutal, largo. Usando juguetes que cuanto más dolor producían, más le gustaba.  Pero aquella situación era insostenible, y un día se enteró su marido.  Por poco no nos pilla en plena acción. No supo quien era el que se acostaba con ella;:  hacía un rato que habíamos terminado la sesión y yo me había marchado.

Supe que la dio una paliza de muerte que la mantuvo en el hospital varios días con roturas importantes. No la llamé, no fui a visitarla.  Todo lo supe a través de mi madre. Argumentó que entraron a robar cuando estaba sola, y al no encontrar dinero en casa, la apalearon. Decidí que no podíamos seguir así y cortamos una relación que había durado seis años.

Al terminar el relato, los ojos de Ana, eran aún más grandes de lo que son en realidad. Estaba como encogida.  No se había movido mientras duró la historia, ni siquiera había cambiado de postura.  Yo buscaba en su mirada algo que me indicara que no le hacía daño el relato, que sabía que aquello había terminado, pero aún me quedaba la segunda parte, la más dolorosa para ella, porque acababa de vivirla.

-¿ Estás bien ? ¿ Continúo ?
- Me has dicho que ahí acabaron vuestras relaciones ¿ aún hay más?
-Si, la última parte, el finiquito .No tuvimos  sexo, pero estaba en deuda con ella.  Me había dejado dinero para comenzar mi negocio, y casi la matan por acostarse conmigo. Ese fue el motivo de que fuéramos socios.  El marido se divorció y aunque la concedió una renta alta, la sugerí invertir en algo productivo y de esa forma creamos Esclava.  A ella le gustaba la peluquería y eso fue lo que montamos. La verdad es que yo no lo necesitaba, pero sería un negocio adicional.
-¿ La quisiste?
- En aquella época es lo que creía. No había nada que no hiciera por ella.  Pero después..., cuando te conocí...Era todo ¡ tan distinto! ¿ Qué era lo que sentía en realidad por ti y por ella? Y cuando me abandonaste lo vi muy claro: Elena era el deseo, el sexo duro.  Lo tuyo era algo tierno, deseo de protegerte, de cuidarte, de sentir un dolor profundo por no verte.  Tan profundo era que me impedía respirar.


Cuando rompí con Elena, tardé una semana en olvidarme del tema. Ya había otra mujer en mi vida: una sumisa. Y así siguió todo hasta que te conocí.

 Cuando me dijiste que estabas embarazada, todo mi universo se desplomó de golpe.  Todos los planes hechos se habían truncado. Ya no te ocuparías de mi; le querrías a él, yo sería tu segundo plano, y quería ser el primero siempre. Pensaba en mi niñez y sentí un miedo espantoso.  Tengo terror Ana.

Cuando salí de aquí empecé a andar sin rumbo. La cabeza me estallaba; era como una de mis peores pesadillas. No sé el tiempo que estuve caminando de una calle a otra, hasta que me vi delante de Esclava. No sé qué me impulso llegar hasta allí, te juro que no lo sé, porque ni siquiera sabía por donde iba.

 Estaba cerrando y al verme allí, supongo que con mala cara, me llevó al pub de al lado. Comenzamos a beber y yo le conté parte de nuestro disgusto

-¿Le dijiste que estaba embarazada?
-No, no se lo dije. Sólo que querías tener hijos pronto,  y yo no

Habíamos bebido botella y media de vino. Quizá fuera eso por lo que entendió otra cosa.  El caso es que se levantó de su butaca y se sentó a mi lado.  Me extrañó su actitud, pero no le dije nada. Comenzó a sonreír , tomaba mi mano y la apretaba. Yo interpretaba que era una muestra de cariño, de que entendía la situación.  Pero algo frenó mis pensamientos, cuando sentí su mano sobre mi muslo que subía y que bajaba por él, hasta detenerse en mi bragueta.  Sus intenciones estaban claras: pretendía que tuviéramos sexo. Ni siquiera se me había pasado por la cabeza ni con ella ni con nadie.  Me retiré inmediatamente. Ella también lo hizo cuando con la cara desencajada le dije que te amaba, que eras mi mujer y que lo nuestro terminó hace tiempo.  Que ni mucho menos pensara que íbamos a tener sexo.  Se rió, recogió su bolso y se marchó.


No daba crédito a lo que acababa d suceder.  Pedí un Bourbon y ante mi incredulidad, comencé a pensar en la forma en que comenzaron nuestras relaciones y en lo que en cierta ocasión tu me reprochaste. Y en ese momento pensé en el bebe, y le imaginé mayor, y en que pudiera vivir una situación como la mía, y entonces lo vi todo claro, diáfano.  Estuvo mal, muy mal, y efectivamente eso tiene una palabra : pederastia, y ella lo fue.  Sentí frío y una pena tremenda en mi interior.

Deseaba volver a casa, estar contigo, abrazarte en la cama  que me dieras calor, porque hasta tiritaba. Por mi espina dorsal corría un frío aterrador.  Pagué , pero no se cómo llegué hasta casa, creo que el  maitre del pub llamó a un taxi, Me vi dentro del ascensor y posteriormente en casa.  Cuando tu me ayudabas a ir hasta el dormitorio, quería besarte, decirte que te quería, que me perdonaras lo bruto que había sido, y que no era por no amarte, sino por el miedo espantoso que tenía y que tengo,  ante la responsabilidad de ser padre.  Eso ha sido todo. Me dolió nuestro enfado, nuestros silencios, el que te fueras de nuestro dormitorio, pero entendía lo ocurrido.

  Y ahora a dormir.  Ella me mira, me da un beso en los labios y me dice


- Gracias por contármelo. buenas noches Christian.

Y la abrazo contra mi.  Beso sus cabellos que he echado de menos durante estos interminables días, y veo que Ana, poco a poco se va quedando dormida.  Yo aún tardo en hacerlo.  Repaso mentalmente todo lo que he vivido esta tarde, lo que he contado y lo que siento . Y cosa extraña, siento alivio y ello me reconforta: ya no existe ninguna barrera, ni siquiera un pequeño escalón que subir. Estoy con Ana, la quiero, me quiere y vamos a ser padres. Ella me enseñará a serlo, y poco a poco lo iré asimilando y con ayuda de ella, lo conseguiré , porque de lo contrario ella no me lo perdonaría.


Autoría:   Versión libre de 1996rosafermu( Basada en la novela de E.L.James  Cincuenta sombras de Grey)
Fotografías: Internet
Edición:  Año 2017
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

Los Grey / La liberación de Christian - Capítulo38 - En casa

 Con cuidado la ayudo a vestirse ¡ nos vamos a casa ! Somos felices.  Ella ha vuelto y nuestro disgusto ha quedado de momento aparcado. Tendremos que hablar, lo sé´.He de dar explicaciones, pero hoy no.  No quiero que Ana pase por más emociones, que las justas.  A Taylor se le ve contento por la : recuperación de Anastasia, y algo a lo que no estoy acostumbrado: conduce el coche mucho más despacio de lo normal.


Estoy deseando llegar a casa y que Ana se encuentre cómoda. Le digo que acelere, y entonces él me da una explicación muy simple, pero lógica que hace que mi estima por él aumente muchos enteros:

- Señor Grey, la señora tiene contusiones.  Si acelero podría frenar bruscamente y eso le haría daño.  Mejor ir despacio

Ana sonríe y me mira. Verdaderamente aprecia a Ana.  Ella le pone la mano en el hombro y le agradece su deferencia.  Por fin el Escala luce majestuoso frente a nosotros. nos deja en la misma puerta del ascensor, mientras él va a aparcar el coche.  Llevo a mi mujer tomada por la cintura; se muestra algo vacilante en sus pasos, pero yo la sujeto.  Al entrar en el ascensor, comienza a temblar ¿ tienes frio?, le pregunto, ella me dice que no con la cabeza.  Pero de repente rompe a llorar y me desconcierta ¿ Qué le ocurre, siente algún dolor? Apoya su cabeza en mi pecho y comprendo que le estará dando el bajón de todo lo ocurrido.  Suavemente abarco su cuerpo con mi abrazo, sin apretarle para no hacerla daño.



- Cálmate cielo.  Ya todo ha pasado. Estás en casa y yo contigo; te cuidaré y protegeré siempre ¿ me oyes? siempre.-  No se si ha entendido ese significado.  He querido darle a entender que también cuidaré a mi hijo, que nunca dejaré que se marche y que yo tampoco me iré.  No tiraré la toalla, aunque lo hiciera aquella noche en que supe la noticia.  Pero sigue con mucho miedo y eso es algo que tendremos que hablar largo y tendido.  Tengo muchas cosas que explicarle y que ella me explique.  Nunca me he visto en una situación semejante y me da miedo no estar  la altura de las circunstancias.  Llegamos al apartamento y ella continua llorando nerviosa. La tomo en mis brazos y la conduzco hasta nuestro dormitorio.  Allí la deposito con cuidado encima de la cama y me siento a su lado.  La beso con cuidado,  pero con todo el amor del mundo que siento por ella.  La tengo abrazada dándole ese amparo que en estos momentos necesita.  Y por fin, se va calmando poco a poco.  Nunca me he enfrentado a una situación como esta y estoy algo desconcertado: no sé qué hacer con ella.  Le pregunto si desea acostarse, me dice que no con la cabeza.  Me pide que le ayude a bañarse

- ¿ Quieres bañarte?- le pregunto - ella mueve la cabeza negativamente y me mira como para ver mi reacción al pronunciar un nombre:  Leila. No quiere que la bañe como lo hice con ella ¿ por qué piensa en eso ahora ? Se lo expliqué en su día. Y de pronto lo entiendo: si lo hice por caridad, ella no desea ese sentimiento de mi, sino amor. " Mi vida ¡ si es lo que siento !, pienso.



 Acepto afirmativamente y la conduzco hasta la ducha. Hago que se siente en una silla mientras yo me desvisto: no quiero que se maree y se caiga.  Lo hago  rápido, y más lentamente procedo igual  con ella.  Especial cuidado al quitarle la ropa por la cabeza; por nada del mundo deseo dañarla.

Su cuerpo desnudo frente a mi, me hace visualizar las lesiones que tiene.  Un tremendo hematoma en el costado, abrasamientos y cardenales en el hombro y en el brazo en el que cayó.  Miro su rodilla y la tiene algo hinchada con un gran cardenal. Acaricio su cara con gesto de dolor por ella. La abrazo y ella también lo hace.

Con cuidado la pongo debajo de la ducha.  No rompemos nuestro abrazo; beso su cabeza y su rostro por el que corren nuevamente unas lágrimas, que dejo que fluyan libremente, mientras el chorro de agua caliente cae sobre nuestros cuerpos.  Instintivamente bajo mi mano hasta su vientre y por primera vez, ella me mira y me sonríe. Estoy acariciando a nuestro pequeño que fue protegido por su madre de las patadas de ese salvaje que la agredió tan cruelmente.  Si ella ha sido capaz en esos momentos de reaccionar así, ¿ qué te impide, Grey, demostrar ese sentimiento que ha nacido en ti, tan nuevo, pero tan tierno y natural como es el de ser padre.?  Le ha gustado esa expresión de cariño y aceptación. " No importa tu miedo.  Sólo ellos dos importan y tu tienes la obligación, como cabeza de familia, de protegerles y amarles, a ambos.  Esconde tus miedos;  ella te ayudará a desvanecerlos como ha hecho siempre."

  La lavo con sumo cuidado, pasando la esponja por las heridas. Se me encoge el corazón sólo de pensar en el peligro que corrió, y yo, que tenía que cuidar de ella, estaba lejos, enfadado y sin hablarle.  En el último correo que la envié, ni siquiera había una palabra tierna que le indicara lo mal que me sentía por la situación que estábamos viviendo.  No deseaba que estuviéramos enfadados, distanciados de ese modo. A mi gesto de sentimiento, ella responde

- No me duele -.  Pero yo se que no es verdad que si siente dolor y no sólo físico, también anímico, y  miedo por Jack y por todo lo que nos ha ocurrido.  Beso de nuevo su cabeza y salimos de la ducha.  La seco con sumo cuidado y hago que se acueste un rato para descansar.  Ella acepta y cuando se encuentra en la cama, me mira, acaricia mi mejilla y me dice ¡ qué bien se está en casa !

Quiero que se duerma, pero desea que me acueste a su lado, y yo también.  Abro la cama y me echo junto a ella y la abrazo abarcando su cintura.  Creo que en ese momento de tranquilidad en nuestro azaroso fin de semana, es hora de   comenzar a dar explicaciones, pero observo que poco a poco sus párpados se van cerrando y yo dejo que duerma.

Gail ha golpeado la puerta suavemente en el dormitorio. Abro y me dice que el señor Welch, está esperándome con algo que ha de entregarme y que parecía urgente.  Despacio, con cuidado,  salgo de la habitación y me encamino hacia él.

- Señor Grey, lamento importunarle, pero como dijo que era  urgente...  Acabo de regresar de Detroit y aquí le traigo todo la documentación que precisaba para su información.
- Gracias Welch, y lamento haberle destrozado el fin de semana
-No tiene importancia.  Como sabe soy soltero y no he interrumpido la paz hogareña. Dígame, ¿ cómo se encuentra la señora?
- Está mejor, afortunadamente, gracias, pero algo traumatizada.  Espero que en unos días todo haya pasado.
- Bien.  Me alegro, señor Grey.  Ahora  voy a casa. Si necesita algo dígamelo. Buenas tardes y me alegro de que todo se haya solucionado. Ese sinvergüenza va a tardar muchos años en hacer otra fechoría, y espero que se lo piense mejor otra vez. Presente mis respetos a la señora Grey
- Adiós Welch y gracias por todo. Tómate el lunes libre. Si te necesitara ya te llamaría.

Voy de nuevo a la habitación.  Después de todos estos días no quiero dejar sola a Ana; han sido días angustiosos en que la creí perdida y una vez mas, me doy cuenta de lo que la necesito.  Rasgo el sobre y comienzo a leer el informe que Welch ha confeccionado.  Ante mis ojos destaca una fotografía que nunca había visto, ni siquiera sabía que existiera; en realidad no sé nada de mi vida infantil.  Me detengo en ella: mi madre biológica.  Era guapa, y en su rostro casi infantil, se percibe la inocencia de la juventud antes de perder la vida con el camino equivocado que tomó.   Junto a esa fotografía hay otras: unos niños y una pareja de la que no tengo ni idea quienes puedan ser. Guardo con cuidado las fotos. Me ha conmovido verla,  y sigo leyendo el informe


  Leo concienzudamente, pero llego a un apartado, que leo  por tres veces. No termino de creer lo que hay reflejado en el documento.
Creo que la sangre ha huido de mi.  No me doy cuenta que ella se ha despertado y me mira alarmada.  El sonido de su voz me saca de la abstracción

-¿ Qué pasa Christian ? - Giro la cabeza y veo preocupación y miedo en la expresión de su rostro
- Acaba de marcharse Welch. Le pedí que hiciera averiguaciones sobre Jack, y me ha traído la documentación
- ¿ Y ? - me dice ella

Necesito tenerla cerca, así que abro el embozo de la cama y me acuesto nuevamente  a su lado, mientras ella reclina su cabeza en mi pecho.

- Viví con él, Ana, ¡ Viví con él !
-¿ Cómo que viviste con él. ¿ Con quién ?
- Con Jack
- Christian, me estas asustando ¿ qué ocurre  ¿ dónde viviste con él ?
- En la casa de acogida en la que estuve hasta que los Grey me adoptaron.  Ahora todo tiene sentido
- No te estoy entendiendo y necesito que me hables claro. ¿ Qué es lo que tiene sentido ?
-En la nota que me envió notificándome tu fracasado secuestro, ponía una frase que   decía
" lo sé todo de ti, pajarito ".  Ese era un libro que a mi me gustaba mucho y que la señora de la casa de acogida me leía todas las noches ¿ Eres tú mi mamá ?.  Ella, a la vez que revolvía mis rizos cariñosamente, me llamaba pajarito, porque era muy pequeño y delgaducho. ¿Te das cuenta la conexión? Durante todo este tiempo, ha sabido quién era yo. Ahora creo que siempre me ha odiado


Ana me dice algo que en cierta ocasión le comentó Jack o quizá fui yo, no estoy seguro, y era ": habría sido todo diferente si en lugar de ser él..."

- Todo encaja - me dice Ana-. Si en lugar de ser tú, tus padres le hubieran elegido a él.  Llámales.  Tienes que hablar con ellos
- Ya lo haré. Hoy es sábado y habrán salido.  El lunes lo haré
- No Christian. Hazlo ahora. Si no están, lo intentas mañana; tienes que hablar con ellos porque te aclararán muchas cosas que ahora tienes en blanco. Llámalos. Esos papeles te han alterado.- Lentamente saco la foto de mi madre y se la muestro
-¿ Tú madre? Era guapísima, y te pareces a ella.¡ Lástima !¿ Que has sentido cuando la has visto? ¿ Y estas otras?- dice refiriéndose a las de los niños y la pareja
- No tengo ni idea.  He sentido una sensación extraña... creo que pena, por ella..., y por mi.  Por ese niño que no disfrutó de una infancia feliz y que me traumatizó para el resto de mi vida.- Ella me acaricia con ternura como para compensarme de todas estas noticias.
- Christian este niño pequeño eres tú.  Estoy segura de ello. Tienes cara de asustado y estás muy delgado.

 Y como en las mayoría  de las veces, sigo su consejo, que siempre me ha resultado útil y acertado. Lo hago, y sorprendentemente mis padres están en casa. Me dicen que no tenían ganas de salir, que aún estaban nerviosos por lo ocurrido el jueves y que no les apetecía escuchar las charlas de sus insustanciales amigos. " Mejor en casa y vemos televisión; además tu hermana necesita tranquilidad". Es lo que me dicen ante mi sorpresa al encontrarles en casa.

- Papá he recibido una documentación que acaba de traerme Welch, y necesito hablar con vosotros.
- Ana ¿ está bien ?
-Si está bien
- Muy bien, en ese caso salimos inmediatamente para allá, y hablaremos de todo cuanto quieras y aclaremos de una vez todas las dudas que tengas
-¿En serio ? ¿ Vendríais  ?


- ¡ Naturalmente que vamos! Sois nuestros hijos y al igual que tu harás con el tuyo, hacemos por vosotros. Si lo sé, mamá  me lo dijo, y tuve una charla con Anastasia, pero nadie más lo sabe.  Ni siquiera Mia.  Tengo el manos libres, así que mamá te ha escuchado al tiempo que yo, y me está diciendo que si con la  cabeza. Creo que en media hora aproximadamente estaremos allí.  Mia vendrá con nosotros; no queremos dejarla sola por si se sintiera mal. Todo este problema nos ha alterado a todos y estamos muy preocupados por vosotros. No quiero ni pensar si a nuestra  Ana le hubiera ocurrido algo. Bueno, afortunadamente todos estamos bien, así que si.  Salimos para allá.
-Vienen para acá
- ¿ Te das cuenta? Ellos quieren tanto como tu dejar zanjado el asunto tuyo. Antes no han tenido oportunidad, porque tu no les distes cancha
-Se esta´volviendo muy gruñona señora Grey. El estar herida no le da ninguna prerrogativa.  Aquí el cabeza de familia soy yo.



- No te pongas tan serio y no me hagas reír, que me duelen las costillas. Voy a levantarme y a ponerme un poco guapa, que estoy hecha un desastre

Estoy contento porque poco a poco mi Ana vuelve, pero a la vez preocupado por lo que mis padres puedan contarme.  Tengo muchas lagunas en mi vida, que deseo averiguar, y ellos me ayudarán a cerrar ese capítulo definitivamente.

Apenas ha pasado media hora, el torbellino Mia entra en casa abrazándose a Ana. Mi hermana no puede reprimir las lágrimas de emoción y besa y abraza fuertemente a Ana, que mirándome parece pedirme que le diga algo, porque sus costillas contusionadas crujen.  Mia se da cuenta e inmediatamente cesa en su efusividad. Le da las gracias una y mil veces, lo que hace sonrojar a Anastasia

- ¿ Cómo te encuentras? - le pregunta mi madre mirándola con la ternura y agradecimiento que le deben
-Bien. Estoy bien, Grace.  Algo dolorida, pero nada que no pueda soportar con un calmante.
- Ven aquí mi pequeña heroína - le dice mi padre besándola en la frente.  Ambos se miran por unos instantes; Carrick sonríe satisfecho, y Ana baja la vista tímida.  Ellos se entienden perfectamente.

- Ahora vendrán Elliot, Kate y Ethan. Les he dicho que íbamos a tener una fiesta familiar y han dicho que sin ellos no habría fiesta- dice riendo Mia.

Lanzo una mirada a mis padres, viendo frustrado nuestros planes, y ellos comprenden que estoy nervioso por saber algo. Entonces Ana le pide a mi hermana que le ayude con los preparativos, al tiempo que Carrick, comenta en voz alta

- Christian, vamos al estudio.  Hay algo que quiero decirte referente a todo este lío que ha ocurrido.  Si vienen los chicos no vamos a poder hablar con tranquilidad -. Sé perfectamente a qué "lío" se refiere.  Mi madre dice

- Yo también voy con vosotros-. Nos dirigimos al estudio, pero antes doy un beso a mi mujer

Autoría:   Versión libre de 1996rosafermu( Basada en la novela de E.L.James  Cincuenta sombras de Grey)
Fotografías: Cincuenta sombras
Edición:  2017
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