Mientras voy en el coche camino de la oficina, sonrío al evocar nuestro encuentro sexual de anoche. Francamente, si tuviera que elegir alguno, no sabría con cual de ellos quedarme. Ha sido la mejor manera de "ver " televisión, y Expediente X, siempre estará en mi memoria al más alto nivel de erotismo. ¡ Vamos a ver con qué nos encontramos hoy ! Después de nuestra luna de miel, es difícil volver a tomar el pulso de la vida cotidiana, pero hemos de hacerlo. ¡ La voy a echar tanto de menos ! En fin, entremos de una vez.
Saludo a todos mis empleados, que me ofrecen una amplia sonrisa y muchas felicitaciones. Tengo la impresión de que nunca creyeron posible que tuviera novia y mucho menos que me casara con ella. " El señor Grey ¿ casado ?..., imposible. Nunca sale con nadie ". Imagino que es lo que pensarían, amén de otras cosas menos afortunadas, porque me consta que mi vida privada era objeto de comentarios entre ellos.
Ya instalado frente a mi mesa, Andrea me pone al corriente de todo; Ross ha ejercido de directivo en toda regla y no hay nada atrasado que merezca urgencia, salvo... aclarar de una vez por todas, quién demonios está tras nosotros. Pido que me traigan un café, y mientras tanto , conecto mi ordenador personal. Deseo un correo con Ana, aunque pienso que ella estará igual de desorientada que yo.
- Pero... ¿ qué pasa aquí ?- Miro atónito la pantalla y compruebo que el coreo que acabo de enviar a mi mujer, me ha sido devuelto por "desconocido " ¿Desconocido ?. Lo repaso detenidamente por si he cometido algún error, e inmediatamente sospecho dónde me he equivocado : Anastasia Grey. Ahí está el fallo: no ha cambiado su apellido ¿ Por qué ? ¿Se avergüenza de mi nombre ? ¿Ha sido un despiste ?. Me confunde y me hace sospechar que no desea hacerlo ¿ por qué ? Si fuera a la inversa, yo estaría muy orgulloso de que me llamaran señor Steele ¿ entonces ? ¡ Ah, no ! He de aclararlo inmediatamente. Una llamada por el interfono interior requiere mi atención inmediata y he de personarme en el despacho de Ross que ha recibido una visita importante de unos astilleros de Taiwan con los que estamos en tratos desde hace mucho. Me pongo la chaqueta, repaso mi corbata y miro por última vez la pantalla de mi portátil, y no, no me he equivocado: el correo sigue ahí con la palabra rechazado.
Las gestiones se demoran con los taiwaneses, y se me echa encima la hora del almuerzo. Me veo obligado a invitar a mi interlocutor a comer. Nos acompaña Ross que hace de intermediaria, y un traductor. Acudimos al mejor restaurante de Seattle. Es obligado de buen anfitrión obsequiar a mi invitado, además tengo interés en ese negocio; será muy importante para la compañía y los puestos de trabajo a conservar y a generar otros nuevos.
Son simpáticos y conectamos perfectamente, quedando en que la próxima visita será la nuestra en Taipéi. Nos hemos entendido sin dificultades, por lo tanto, el negocio sigue adelante. Después de dejar a Ross en la oficina, le digo a Taylor que me lleve a SIP. Estoy impaciente por averiguar con Ana lo ocurrido con mi apellido y el por qué no se llama Grey, en lugar de Steele. Esto me pone de mal humor, no mucho, porque se que habrá un argumento lógico, que espero ella me de, pero me contraria en exceso porque miles de dudas también rondan por mi cabeza.
Por buena educación y deferencia, en lugar de ir directamente al despacho de mi mujer, subo a la última planta a presentarme al director de la editorial , a Roach; creo que las buenas formas siempre deben estar presente. Después de unos interminables momentos de charla a modo de introducción y saludo, le pido que me acompañe al despacho de Ana, porque tengo algún papeleo que solucionar con ella. Le miento descaradamente, porque a nadie interesa nuestras cosas particulares. Él amablemente me acompaña hasta la segunda planta que es donde está situada la sala de reuniones, el despacho de Ana y su secretaria, y el editor de Ensayos y Biografías.
- Posiblemente no estén - me dice Roach - es hora del almuerzo
- No te preocupes. Me consta que ella no sale a comer fuera de la oficina. Máxime ahora que a nuestro regreso tendrá trabajo atrasado.
Repiquetea en la puerta y escucho a través de ella, la voz de Anastasia dándonos paso. Roach, abre y veo que está almorzando con su secretaria, Hannah, creo que se llama. Las dos están sonriendo y charlan animadamente, charla que se corta inmediatamente al entrar en la estancia. Ana me presenta a su ayudante que al estrechar la mano que le tiendo a modo de saludo, noto que se pone nerviosa, e incluso yo diría que hasta se ha ruborizado. Me ofrece si deseo algo para tomar . Pido un café, y al mismo tiempo pido permiso a Roach para quedarme a solas con mi mujer
Ella muy ceremoniosa y nerviosa, ante la inesperada visita, me pregunta si se me ofrece algo. Con lentitud y conteniendo mi exasperación tomo asiento en el sillón frente a ella. Repaso el entorno que le rodea y le hago notar que tiene un despacho más bien pequeño y un poco anticuado. " Lo cambiaré de inmediato ", pienso. Pero ahora no es eso lo que me ha llevado hasta allí
- Y bien Christian, ¿ qué se te ofrece ? No esperaba que vinieras. Suponía que tendrías mucho trabajo después de quince días alejado del despacho.
-Así es, Ana, pero Ross, se encarga de todo, y yo he decidido poner en orden ciertas cosas pendientes en mis activos. Hay algunos que no usan los términos correctos y estoy tratando de solucionarlo
- ¿ Y es tan urgente ? Porque yo... tengo mucho trabajo atrasado, y reuniones, y un autor que vendrá a entrevistarse..., en fin miles de cosas.
Ella sabe por dónde van los tiros, pero se está haciendo la desentendida, cosa que me enfada aún más. Ya no puedo aguantar y estallo:
- ¿ Por qué me ha sido devuelto el correo que te envié esta mañana ? ¡ Ah si, ya recuerdo ! Iba dirigido a Anastasia Grey, en lugar de Steele. ¿ Por qué no te has cambiado el nombre ?
Pero ella también estalla; a pesar de ser tan dulce, tiene mucho carácter y lo saca de vez en cuando, y ésta, era esa vez:
- No me puedo creer que lo hayas dejado todo empantanado, que me estés haciendo perder un tiempo precioso por ese motivo. ¡ No me lo puedo creer !
- Pues créelo, porque es importante que lo hagas. ¿ Por qué no me lo dijiste ayer ? ¿ Por que no me lo has dicho en todos estos días? Di ¿por qué ? No lo entiendo ¿ sientes vergüenza de mi ?
- ¡ Qué tonterías estas diciendo ! Naturalmente que no, es que iba a decírtelo durante nuestra luna de miel, cuando ocurrió el incendio. Luego la persecución... ha sido todo muy acelerado y muchas cosas... sencillamente lo olvidé
- ¡ Lo olvidaste ! Vaya, vaya.. ¡ lo olvidaste !. Bien pues ahora dímelo
- Es que... aquí... quiero que guardemos las distancias. ya fue violento cuando se enteraron de que era tu prometida, imagínate ahora que estamos casados. Pero sólo aquí, en el trabajo, y por ese motivo; como freno. Nunca me avergonzaré de ti, no tengo motivos para ello. Sólo que necesito algo de libertad, ser yo misma y no tener constantemente tu protección detrás. Cometeré errores, pero deseo rectificarlos yo y no recurrir a ti; será la única forma de aprender. Se porqué me proteges y te lo agradezco, pero has de dejarme volar yo sola, porque de otra forma me sentiré agobiada.
- ¿ Te agobio ?
- Un poco si, Christian. Y entiendo porqué lo haces, y te lo agradezco. Nunca pensé alcanzar todo esto, todo lo que me estás poniendo en bandeja. Nunca pensé llegar a querer a alguien como a ti te quiero, pero has de dejarme que tome mis propias decisiones. No pensé que te enfadarías, ni que eso iba a constituir nuestro primer disgusto de casados. No merece la pena.
-No quiero asfixiarte, Anastasia, quiero que seas tu misma, pero siempre estaré detrás tuya cuidando de que nada te perturbe, porque eres el centro de todo. Para mi es importante que todo el mundo sepa que eres mi mujer, sólo por eso. Quiero que todos sepan que eres mía
- ¡ Claro que lo soy ! y desde hace mucho. No querría que esto sirviera de disgusto. hemos tenido unos días increíbles, para nosotros solos, y hoy, es el primer día en que ya no tenemos esa constante presencia, y me siento extraña y el trabajo me ha absorbido y ahora tu te presentas aquí para eso, y... Está bien, si para ti es importante me lo cambiaré.
No puedo ocultar mi satisfacción: he conseguido lo que quería. Imaginaba otra cosa; pensé que nunca se cambiaría el nombre porque no deseaba que nadie supiera que es mi mujer, a pesar de que todos los periódicos y revistas de Seattle, se hicieron eco de nuestra boda. Pensé en cosas absurdas, pero ahora que lo ha explicado, lo he entendido: no quiere distanciarse de mi, pero tampoco de sus compañeros. Todavía no sabe que, aunque no lo desee, existirá una barrera entre ella y quienes la rodeen, porque saben que es la mujer del jefe de su jefe. Y le harán la rosca para congraciarse con ella, y al mismo tiempo conmigo, pero de eso ya se irá enterando. Y ahora si tengo que irme.
Me inclino sobe la mesa, tomo su nuca con mi mano, y la beso en los labios con fervor. Ella no esperaba eso y se queda algo aturdida Se siente intranquila por si mi pasión va más allá, y no será por deseo, pero soy consciente de dónde estamos. Ella se asusta y no deja de mirar hacia la puerta, al tiempo que me recrimina.
- Christian estamos en la oficina, por favor, aquí no.
- Está bien señora Grey. Nos vemos a la noche.
- Nos vemos. Anda vete que tengo muchas cosas que hacer. Luego no quiero que me riñas si salgo tarde. Dame un beso y márchate de una vez.
Obedezco con una sonrisa que parte mi cara en dos. ¡ Ay !, suspiro satisfecho. Asunto resuelto. Cuando llego a mi despacho, tengo un aviso en el correo, y vuelvo a sonreír feliz. Es Anastasia que me dice
De: Anastasia Grey
Para: Christian Grey
Asunto: Cambio de nombre
¿ Satisfecho ? Eres exasperante, pero te quiero. Anoche llegaste al máximo nivel. estoy deseando volver a repetir otro capítulo.
Tu rendida, excitada, saciada y deseando alcanzar un nivel superior.
Anastasia GREY. Editora de SIP
PD Fíjate bien
A pesar del correo y de haber quedado conforme con el cambio de nombre, a su salida, Ana no está, lo que se dice, contenta. Sale algo enfurruñada que yo trato de averiguar el por qué. La tomo de la mano y se la beso. Ella me mira de reojo pero no me aclara nada en absoluto. Presiento que vamos a discutir, cosa que no me satisface . Y efectivamente así lo hacemos.
Trato por todos los medios de hacerle ver lo importante que es para mi que lleve mi apellido, que no es una posesión ni un activo, sino que representa que es mía totalmente que es mi esposa y que ella lo es todo para mi. La digo que si fuera al revés a mi no me importaría ser Steele en lugar de Grey, porque eso significaría que soy suyo totalmente. Ella se queda perpleja ante ese planteamiento, y al mismo tiempo, se asombra de ello. Al fin queda todo aclarado entre nosotros y nos abrazamos, y ella me comprende y todas las nubes que ocupaban nuestro cielo particular, se han disipado y todo vuelve a ser diáfano y claro entre nosotros.
Esperamos la visita de Gia con la que deberemos consultar los cambios en nuestra casa conforme a los deseos de Ana, quién será la que lleve la dirección del proyecto. Y al mismo tiempo hacer ver a mi mujer, que es ella la que debe decidir cómo quiere que sean las reformas a realizar., y que se harán como ella quiera, según sus deseos y no otros. Debo darle esa seguridad. Va a ser nuestro hogar y me importa que se de cuenta de ello, que sea a su gusto, como quiera, y no como desee Gia, .a la que veo un poco prepotente. Si no lo acepta la despediré, así de sencillo.
Autoría: Relato libre de 1996rosafermu, basado en la trilogía de EL James, Cincuenta sombras de Grey
Edición: Año 2017
Ilustraciones: Cincuenta sombras de Grey
Video: Youtube / One last night / Vaults / Cincuenta sombras de Grey
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