Por fin hemos solucionado el contencioso con Kate, y parece ser que ha quedado convencida de que ese papel no es nada, que no tiene nada que ver lo que fue entonces y lo que es ahora. Entra mi madre y me abraza emocionada. Se lo he dicho a ella, sólo a ella, nadie más lo sabe. Noto que sus ojos brillan más de lo debido y sé que está a punto de echarse a llorar, pero se contiene. Me estrecha contra su pecho y yo me pego a ella. He vivido demasiados años sin estas muestras de afecto, y ha sido Ana la que ha luchado para recobrarlo. ¡ La debo tantas cosas ! Después de acariciarme y besar mis mejillas, se dirige a Ana que mira la escena sonriendo. También la abraza con un suave apretón. La dice algo al oído, que solo ellas dos saben. Nadie más , aunque sospecho que le está dando las gracias.
La tomo de la mano. Kate va delante con Grace y entramos en el salón donde ¡ oh sorpresa ! han reunido a mis amigos, a los de verdad. Echo una ojeada y veo que también está Elena. Desvio l a mirada, pero ella se acerca hacia nosotros. Me toma de los brazos tratando de abrazarme. Anastasia se separa, pero yo la agarro fuerte por la cintura y la aproximo a mi. Es entonces cuando Elena no tiene más remedio que saludarla. Ana inclina la cabeza por cortesía, pero no habla.
Ha llegado el momento en que debo anunciar mi compromiso y se lo digo para que ocupe su sitio entre los invitados. Cojo dos copas de champan, y con Anastasia de la mano, comienzo por anunciar que hemos decidido unir nuestras vidas, y Ana me ha dicho que si, que me acepta. Hoy ha sido un día muy emocionante para nosotros. Comenzó con el accidente y la llegada a casa con todos allí. Después al quedarnos solos lo celebramos como únicamente sabemos hacerlo. El desayuno, los otros regalos de Ana, en fin... todo y ¡ hasta mi pastel de chocolate , como hace tantos años !
Al expresar ante todos nuestro deseo de casarnos, una cerrada ovación nos dice que ellos también se alegran. Todos menos dos personas, a las que busco con la mirada y las encuentro: José y Elena. Ellos se han quedado mudos. Posteriormente todos nos dan la enhorabuena, pero es mi familia quienes expresan más abiertamente su satisfacción por haber decidido unir nuestras vidas.. Saben que todo se lo deben a Ana; me pueden abrazar, por segunda vez en un día, algo que es natural en cualquier familia, pero que yo les había prohibido desde hacía años. Mi padre, mis hermanos, Kate, en fin los mas allegados, nos abrazan emocionados. Mira a Anastasia y veo que ella también lo está.
Sólo nosotros conocemos por lo que hemos pasado hasta llegar aquí, ahora. Ambos hemos cedido, porque lo que deseamos, lo que necesitamos, es estar juntos en la forma que sea. Hemos llegado a u común acuerdo y ahora todo es más sencillo, porque nos conocemos más, y nos amamos intensamente. ¡ Quién me lo hubiera dicho hace unos meses !
Mi madre como anfitriona acostumbrada a las fiestas,, después de los brindis y los parabienes, nos hace pasar a otra sala contigua, en donde ha preparado un bufet. Vamos en esa dirección, cuando Mia se acerca a nosotros con dos copas en la mano, que inmediatamente reconozco es un mortal cóctel de mi padre, del que se siente muy orgulloso, pero que hay que tomarlo con calma y precaución, porque puede emborracharte en el primer sorbo. Desea hablar con Ana. Las dejos solas y yo me incorporo al grupo de Kate y de mis padres.
Miro a un lado y a otro para localizar a Anastasia. Hace rato que Mia ha regresado, pero ella no. Algo me dice que puede haber surgido un problema y dando un excusa, salgo de la habitación yendo en su busca. Miro en el despacho de mi padre, en la biblioteca, en la sala del piano, y en ninguna está. Por el pasillo me cruzo con los camareros que sirven la cena. Oigo voces airadas que provienen de una sala junto a la biblioteca, y me da un vuelco el corazón. ¿ Qué pasa, de quién son esas voces? Algo me dice que allí es donde está Anastasia. Resuelto empujo el picaporte y entro. Los ojos creo se me saldrán de las órbitas ante lo que estoy viendo: Elena totalmente empapada tratando de limpiar su rostro de un líquido que reconozco es el cóctel de mi padre. Anastasia totalmente pálida con la copa vacía en la mano.
De dos zancadas me interpongo entre ellas, antes de que vaya a peor, o las voces se escuchen fuera.
Elena está hecha una furiaí reprochando a Ana que no es mujer para mi ¿ Qué? ¿ Cómo se atreve ? ¿ Ella qué sabe?
- ¿ Tú eres la mujer que me conviene Elena?
- Todo me lo debes a mi. Yo te enseñé todo. Hubieras terminado en la cárcel. Has llegado a donde has llegado por mi
-¿ Tu me enseñaste todo, Si ? No me enseñaste a amar. Nunca me dijiste te quiero, ni una sola vez
-El amor es para los imbéciles, Christian
- ¡ Sal de mi casa, puta !
Los tres nos giramos al escuchar esa voz, fuerte, resuelta. Lo que siempre he tratado de evitar, ha sido descubierto. Mi madre está frente a Elena, levanta su mano y le asesta una sonora bofetada que deja sus dedos marcados en la mejilla. Los tres nos impactamos, pero Elena sale corriendo llorando.
Mi madre aspira aire como para calmarse y se gira hacia nosotros, clavando la mirada en mi rostro. Hubiera dado cualquier cosa por evitar esta escena. Nos miramos fijamente y tras unos instantes, dice dirigiéndose a Ana
- Por favor Ana ¿ puedes dejarme a solas con mi hijo ?
Ana no habla, está blanca y dice si con la cabeza y sale de la estancia.
Son unos momentos amargos, porque he de comenzar a hablar y explicar de una vez toda la verdad que he ocultado durante toda mi vida. Mi madre me conduce hasta unas butacas y nos sentamos frente a frente. Tiene el rostro desencajado y yo no sé por dónde empezar. Las manos me tiemblan por Grace, por la angustia que está sintiendo, yl a que sentirá cuando le confiese toda la verdad de lo ocurrido con Elena. Y decido contar todo desde el principio; soy incapaz de ocultarle nada, y es el momento oportuno para librarme de esa pesadilla de una vez. Y comienzo mi relato desde el principio.
- Es mi culpa - me dice sollozando
- No mamá, no es cierto. Sólo yo lo fui
- No Christian. Debí estar más atenta. Sufriste un cambio muy radical, debí estar alerta. ¡ Dios mio, mi pequeño Christian !
Me pongo de rodillas ante ella y la abrazo besando sus cabellos. No quiero que llore por mi. Ha sido una madre ejemplar. Ella no es culpable de nada, sólo de amarme incondicionalmente. Trato de calmarla, y tras dejarla que llore durante un rato, lo consigo. Una vez recuperada me dice calmosamente
- Hemos de reunirnos con todos. Tenemos una fiesta y nadie debe saber lo que aquí ha ocurrido.
-¿ Estás bien , mama?
- Si hijo, estoy bien. Estoy tranquila porque sé que te he recuperado definitivamente lo que esa mala mujer había evitado durante toda tu vida. ¿Cómo no me di cuenta?
-Ya ha pasado todo. No la volveré a ver nunca. Ahora tengo el contrapunto a mi lado, y pienso que a pesar de todo, lo doy por bien empleado porque conocí a Ana y es la mayor recompensa de todo
-Ve a buscarla. Estará preocupada.
Grace vuelve con los invitados y yo en busca de Ana. Algo me dice donde está y hacia allí me dirijo. Veo que sale de mi habitación juvenil y la noto serena, pero ... ¿ me rechazará después de lo ocurrido ?
Nos miramos fijamente; yo trato de leer en sus ojos la decisión que ha tomado tras el incidente. Me pregunta por mi madre y por mi
- Ana, me siento liberado. Por primera vez me siento libre. Con la confesión a mi madre he disipado mi última sombra. ¿ vas a dejarme ?
- Christian te lo he dicho mil veces. Lo sé todo y no me voy a ir a ninguna parte.
-Bien, cielo. Vayamos a disfrutar de nuestra fiesta.- La digo más tranquilo al saber que todo sigue adelante.
Salimos al jardín, quiero mostrarla algo y nos dirigimos hacia el embarcadero, pero esta vez no es para castigarla sino para todo lo contrario. Se extraña de la luz que sale de esa dependencia. Subimos los escalones que nos conducen a la planta de arriba. Allí me paro y cogidos de la mano la miro y la digo
- Tu querías flores y corazones. Mi corazón ya lo tienes , y las flores...
Abro la puerta y le doy paso. Abre los ojos desmesuradamente. Todo está lleno de flores variadas, multicolores, Su aroma se extiende por toda la habitación. Lo farolillos desprenden sus rayos de luz jugando con las flores. No puede hablar, sólo me mira sonríe y llora a un tiempo. Hinco mi rodilla en el suelo y prosigo:
- Y aquí están las flores. Te quiero Anastasia y quiero compartir mi vida contigo. Cásate conmigo. Ella entre lágrimas emocionadas me dice:
-Si
Saco de mi chaqueta un pequeño estuche y extraigo de él la sortija de compromiso que deposito en su dedo. Después nos abrazamos locamente enamorados. La beso depositando en ese beso toda la angustia vivida hace unos momentos, pero también el descanso de haberme liberado y sobre todas las cosas el infinito amor que siento por ella.
FIN DE LA SEGUNDA PARTE
Autoría: Versión libre de 1996rosafermu, basado en la trilogía de la escritora británica E.L. James, Cincuenta sombras de Grey.
Ilustraciones: Cincuenta sombras más oscuras
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS.
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