CHRISTIAN AND THE SHADES

CHRISTIAN AND THE SHADES
Todo lo relacionado con Cincuenta Sombras de Grey. Basado en la trilogía de E.L. James

domingo, 17 de enero de 2021

Los Grey - Anastasia - Capítulo 14 - Una partida de billar

 Juntos, con nuestras manos enlazadas, Christian me ha mostrado su apartamento.  Es la primera vez que le conozco a fondo.  Hasta ahora sólo había visto su dormitorio, el mío de sumisa y el salón, amen de la cocina. Hasta el despacho de vigilancia de Taylor me ha mostrado. Y también en el sótano el gimnasio y un gran salón con un televisor enorme y unos juegos, que parece ser, a Christian no le entusiasman demasiado.



Ha dejado para lo último una habitación que me sorprende: la biblioteca.  Recorro asombrada y entusiasmada los carísimos y alucinantes libros que posee. algunos de incalculable valor por su antigüedad. Paseo suavemente mis dedos por sus lomos, acariciándoles, y mientras él me observa con fijeza.  Conoce de mi pasión por los libros, y al ver estas maravillas, se da cuenta de lo que significan para mi  Al fondo hay una mesa de billar, y me extraña, porque nunca lo había mencionado.  Me gusta el billar y recuerdo las lecciones que José me dio sobre este deporte.  Soy una buena jugadora.  Al verme sonreír, me pregunta

- ¿ Sabes jugar ? - .Le respondo de una manera enigmática haciéndome un poco la desentendida

Él ríe complacido y me reta a una partida.  Lo acepto, pero como sé que ganaré , impongo mis condiciones.  Estoy segura que a Christian no se le da muy bien, así que llevo las de ganar

- Si gano la partida, me llevarás al cuarto rojo
- Anastasia, no quiero ir a esa habitación, me trae malos recuerdos.
- Insisto, serán mis condiciones
- ¿ Y si gano yo ?
-Si ganas tú, elegirás lo que quieras
- Muy bien señorita Steele.  La veo muy confiada, y estoy seguro que perderás

.Me rio, porque ignora que soy astuta además de buena jugadora.  Y comienzo mi partida contoneándome delante de él, que permanece observándome al otro extremo de la mesa.  Me inclino todo lo que puedo sobre el tapete verde luciendo mi escote, del que he desabrochado un par de botones.  El comienzo del busto asoma sutilmente y yo lo sé.  Él me mira con ojos brillantes, pero creo que ha entendido mi estrategia, y ahora es él quién  pone en juego la suya.



Cuando estoy preparada para tirar, se coloca detrás de mi rozándome con su cuerpo, y la inmediata respuesta, es que fallo en mi tirada. Le toca a él volver a tirar y se coloca cerca de mi nuevamente. Yo consigo meter las bolas en la tronera, pero aún no he ganado la partida.  Me regocijo pensando en el resultado de mi triunfo, y él parece adivinarlo porque sonríe ampliamente, y eso vuelve a ponerme nerviosa, porque nuevamente fallo.

 Pido la revancha y me la da, pero él está intensificando su ataque y yo ya no acierto con la única bola que me queda y no consigo ganar.  El triunfo ha sido suyo, y yo me despido de mi juego.  Ahora estoy a su merced, y he de aceptar lo que esté pensando para desquitarse.  Hace que me descalce   y me quite los pantalones.  me quedo con la blusa que hace me la desabroche, luciendo mi cuerpo en ropa interior.  Se retira un palmo y me contempla lo mismo que contemplara un cuadro. Me asegura que estoy muy atractiva y tentadora.  Me acera a él y me besa.  Se dirige hacia un rincón de la biblioteca, en el que hay un secreter. abre uno de los cajones y saca una regla de algo más de medio metro de largo, que blandea mientras vuelve a donde yo estoy.



- Voy a castigarte Anastasia, dándote unos palmetazos.  Cuando quieras puedes pedirme que pare y en el acto lo haré.  Después te tomaré, sobre esta mesa, y seré duro como querías, sólo que no iremos al cuarto rojo, será aquí.  Inclínate.

Lo hago y el me baja las braguitas, dejando al descubierto mi trasero.  Levanta el brazo y descarga el primer palmetazo, y otro, y otro...  No me duelen en exceso, y voy perdiendo la cuenta de los que lleva y de los que aún va a descargar sobre mi. Cuando noto que el dolor va a invadirme le grito que pare, y él lo hace inmediatamente.  Me mira algo perplejo, con temor, Me asombro de no haber tenido que usar las palabras de seguridad, y él me da una razón aplastante:

- Somos amantes, Anastasia, y los amantes no necesitan palabras de seguridad.  Ahora voy a penetrarte, duro.

. Comienza a ejercer su magia sobre mi, invadiéndome con sus manos, y siento mi excitación, y creo que él se percata de ello, porque tira al suelo la regla y me penetra.  Sujeta mi espalda contra la mesa y me dice que no me mueva, y yo obedezco.  Lo soporto bien, y lo que busco es de una vez el desahogo, el alivio que ambos necesitamos después de nuestro juego erótico. Y sale y entra en repetidas ocasiones, y yo noto que me acelero y a él le ocurre lo mismo, y juntos llegamos a la cúspide en donde estamos. Y me nombra una  y otra vez, y nos dejamos ir.

Al final se tumba sobre mi espalda y me da besos en el pelo.  Me levanta y acaricia mi cara, que se ha enrojecido por el roce de la mesa.  Abrazados nos descolgamos hasta el suelo exhaustos después de la sesión erótica del juego de billar.
 - Ana, siempre me sorprendes, y respondes siempre.
- Christian, me gusta jugar y también me gusta que sea brutal, duro

Pasado unos minutos, no sé cuántos, me ayuda a levantarme y me conduce hasta el baño. Vamos lentamente con las piernas algo débiles.  Ha sido excitante, cada vez es diferente pero siempre sorprendente. Nunca me suelta de la mano, pienso que necesita mi contacto permanentemente.  Estamos ambos en la bañera, frente a frente, no hablamos, pero sí nos miramos intensamente como saboreando, o analizando lo que acabamos de vivir.


Autoría: Relato libre de 1996rosafermu, basado en la trilogía de EL James, Cincuenta sombras más oscuras
Editado: Año 2017
Ilustraciones: Cincuenta sombras más oscuras
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

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