Después de que Ethan me dejara ante la entrada a Escala, decidí dar la vuelta. Necesitaba pensar en todo lo que había ocurrido en la tarde. En todo lo que había presenciado y en la partida de Christian con ella. No podía subir y enfrentarme a la verdad, a su verdad , de una vida rota en mil pedazos. Debía tomar una determinación sobre algo que me desgarraba interiormente.
No tengo más que dos caminos: uno aceptar su vida como es, con sus sombras a cuestas que también caerían sobre mi, o dejarlo definitivamente. Ya conozco el dolor intenso que sufrí la otra vez, ¿ estoy dispuesta a pasar por ello nuevamente' ¿Estuvo enamorado de esa mujer y por extraño que parezca lo dejó en un momento de inseguridad? ¿ Aún la recuerda ? ¿Aún recuerda sus encuentros sexuales? Él mismo ha confesado que con ninguna otra ha tenido la preocupación como con Leila, y eso significa que fue algo en su vida, más de lo que pueda imaginar. Y yo tendría que convivir con ese fantasma. Tendría que luchar contra ese recuerdo suyo y mío, porque sé que me sería insoportable y mi cabeza no dejaría de imaginar cosas que no quiero que estén presentes en nuestra vida. Posiblemente yo sea, dentro de un tiempo, otro juguete roto. Tampoco imagino mi vida sin él. Me ha jurado y perjurado que sólo me ama a mi, pero después de haberle visto con ella... ¡ Señor, ayúdame !
Yo tenía mi vida monótona, en la que sólo pensaba encontrar un trabajo y seguir adelante. No le esperaba, ni siquiera sabía que existía, pero ha cambiado mi vida de tal forma, que ya no soy capaz de pensar con claridad, y he de hacerlo. Pero una y otra vez, acuden a mi memoria la mano de Christian acariciando esa cabeza, ese cabello grasiento, sucio de Leila, pero con infinita ternura. Si, porque era ternura, por mucho que no deje de repetir que es lástima lo que le inspira y que sólo le mueve el sentirse responsable de ella.
¿ De mi también se siente responsable, o sólo soy un juguete, uno más de la colección de mujeres que han estado en su vida? Y aún se asombra de que deteste a Elena . No tiene ni idea del daño que le ha hecho y que, de rechazo, hemos sufrido todas las que hemos pasado por su vida. No puedo vivir con él; necesito espacio, ni siquiera verle, porque sé que sería débil, que soy débil cuando le tengo frente a mi suplicante con sus ojos llenos de angustia.
¿ De verdad no desea perderme? ¿ Puedo creer que es cierto? Me ha demostrado en infinidad de ocasiones que así es, pero... Lo de esta tarde ha sido demasiado fuerte para mi; nunca creí que me vería obligada a presenciar una actuación semejante. Ella le ama, de eso estoy segura, y vuelve a perseguirle ¿ por qué ? Hace tiempo que lo dejaron, y sin embargo es ahora cuando está cometiendo la serie de errores tremendos que estamos sufriendo. ¿ Será por mi? ¿ Siente celos de mi ? ¿ Qué hacer ?
He de subir. Se ha hecho de noche y la lluvia arrecia. Ni siquiera sé por dónde he estado. No he visto las calles, ni a la gente que han pasado por mi lado, inmersa en mis propias preocupaciones. Llevo andando toda la tarde, y no tengo respuesta que darle. Sólo una: necesito aislarme de él, aunque sé que separada, sin verle, mi pensamiento estará ocupado por su rostro. Pasará mucho tiempo antes de que esa imagen desaparezca de mi memoria, si es que alguna vez lo consigo.
Y vuelvo a estar de nuevo en el punto en que comenzaron mis reflexiones, pero sigo sin tener respuesta a lo que yo misma me pregunto. Vacilo durante unos instantes de entrar o no, pero seguro que estará pensando en que ya no volveré y desesperado estará sufriendo, lo mismo que yo. Subiré y volveré a pedirle tiempo, es todo cuanto necesito.
Y entro de nuevo en el salón inmenso, que con mi actual estado de ánimo, me parece aún más inmenso tan inmenso como todo lo que nos separa. Escucho su voz, alterada, furiosa, que habla con alguien a través del teléfono. Avanzo y le veo que, inquieto, pasea de un ,lado a otro, y grita a quién esté hablando . Sólo escucho algo "encuéntrala". No puede referirse a Leila, puesto que ha salido y debe estar en su casa o qué sé yo.. Entonces, se refiere a mi. ¿ Ordena que me encuentren? De pronto se vuelve y me ve; dice " ya ha llegado". Como imaginaba, soy yo a quién busca. Viene decidido hacia mi. Sus puños crispados lo mismo que su cara. Le tengo delante y veo angustia reflejada en sus ojos y una frase cortante, como un reproche ¿a mi, me reprocha algo ? " ¿ Dónde coño has estado? Llevamos horas buscándote ". Y en un tono más aplacado añade " te dije que vinieras a casa". No digo nada, ¿ qué voy a decirle ?
Autoría: Relato libre de 1996rosafermu, basado en la trilogía de EL James, Cincuenta sombras de Grey
Editada: Año 2017
Ilustraciones: Cincuenta sombras
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