El matrimonio Grey no tuvo un sueño tranquilo y reparador. Abrazados como cada noche, cada uno de ellos guardaba silencio, pero ambos permanecían en vela. La imagen de Amie totalmente desamparada por su padre, llegaba hasta la memoria de Christian, algo no vivido, pero si sufrido. La incomprensión de su abuela biológica, y en el desamparo en el que dejó a su hija, avocaron al final de ELLA, y eso no volvería a ocurrir en su familia mientras él viviese.
Había tenido sus temores por Phoebe; era tan joven, inexperta y tan alocada, que pensaba que cualquier día llegaría a casa con una noticia similar. Sin embargo fue Teddy, en quien menos pensaba. Seguramente vivirían en Portland. Irian a la misma universidad que su madre, pero había otro problema que Christian no les dijo. En cuanto naciera el bebe, no podría atender sus estudios, ya que todo el tiempo lo emplearía en atender a la criatura, aunque le pusieran ayuda. Tendría que suspender, al menos un curso, hasta que el niño fuera a la guardería. Todavía estaba todo por decidir, así que establecería prioridades, y la primera sería tratar de hablar con el padre de Amie.
No anuncio su visita, se presentó en el domicilio, pillando a los padres desprevenidos. El padre salía en ese momento hacia el trabajo, y al abrir la puerta, al ver a un extraño, imaginando quién era, iba a cerrársela, cuando Christian puso un pie en ella para que no pudiera hacerlo.
- No me voy a marchar hasta que no hable con usted,- le dijo con esa rotundidad marca Grey, cuando algo tiene que solucionar.
- Si no hay más remedio... Pase. Los vecinos nos tienen porqué enterarse de nada
- Estoy de acuerdo. Y no, no hay más remedio que hablemos
Mantuvieron una larga charla. Los padres frente a Christian, y haciéndole ver que en nada cambiaría su forma de pensar. No la recibiría en su casa.
- ¿ Sabe usted a lo que hubiera expuesto a su hija de no haber sido porque nosotros la hemos acogido?
- No lo sé ni me importa
- Pues escuche bien lo que voy a contarle y después me dice si le importa o no
Y Christian relató su propia vivencia, mientras la madre, a medida que avanzaba el relato, lloraba viendo reflejada en esa imagen a su hija. De reojo miraba a su marido que ni siquiera parpadeaba, sin duda abrumado por lo que escuchaba. Cuando Christian termino su relato, pasó la mano por la cara con barba sin afeitar, y guardó silencio. Christian prosiguió:
- Ellos seguirán con su vida adelante, seguirán los estudios mientras Amie pueda, y probablemente vivirán en Portland, cerca de la universidad. Eso lo decidirán ellos, y no se preocupe, yo cubriré todos los gastos. Será un miembro más de mi familia; se quieren. Sólo le pido que recapacite y no rechace a su hija, porque eso la está mortificando y avergonzando. Van a casarse en breve y no será una deshonra para su familia. Piénselo bien. Y ahora me voy. Usted ha de acudir al trabajo y yo también. Le dejo el número de teléfono de mi casa por si quieren hablar con ella.
- Puedo llamarla ? - preguntó la madre compungida
-¡ Claro, señora ! No solamente puede, debe hacerlo. Con ello le hará muy feliz y créame les quiere muchísimo
La madre siguió llorando y los hombres se despidieron. Christian le tendió la mano, y el padre de Amie, tras dudar unos instantes recogió el saludo. Una vez más, la persuasión de Christian había conseguido su objetivo. Más tranquilo, Taylor le llevó hasta el edificio Grey.
En cuanto el padre salió para el trabajo, a la madre le faltó tiempo para llama a su hija. Fue Ana quién atendió la llamada, que a continuación pasó a la muchacha
- Mama - y nuevamente su llanto inundó sus ojos y los de la madre
-¿ Estás bien ?
- Si mama, muy bien ¿ tu, y papa?
- Ha venido el señor Grey a vernos, y parece que se ha quedado más tranquilo
- ¿Ha ido a casa ?
- Si y nos ha contado una historia....- No pudo seguir, pensando que a su hija le ocurriera algo así
- ¿ Qué historia, qué os ha dicho ?
- Ahora no puedo contártelo, no podría soportar la angustia
- Esta bien, mama. No llores más. Os quiero
- Lo sé cielo, lo sé
- He de ir a trabajar mama. ¿ Volveré a verte?
- Seguro que si. Ya quedaremos. Un abrazo hija. - y colgaron
- ¿ Y bien ? - preguntó Ana a la chica
- Parece ser que si, bien. Me dice que les ha contado una historia que les ha convencido. No tengo idea qué puede haber sido
- Verás, hija. Me lo imagino . Es algo que le ocurrió a su madre biológica cuando estaba embarazada de él. tan triste que conmueve a todo aquel que la conoce. Fue un riesgo que corrió porque su madre la echó de casa y terminó mal, dejando a Christian huérfano con cuatro años. Pero no quiero angustiarte más. Deseo que seas feliz; seguro que tus padres te abrazarán nuevamente y pronto. Christian suele ser muy persuasivo
- ¡ Es increíblemente bueno ! Nadie hubiera hecho eso por mi.
- Como él dice muchas veces: " cuido de lo que es mío", y tú ya formas parte de nosotros. Y ahora basta de charlas; tienes que desayunar.
Y abrazando a la muchacha, Ana condujo a Amie hasta la cocina. Phoebe la estaba preparando el desayuno. La familia Grey, había formado una piña entorno a su nuevo miembro.
Autoría: Relato libre de 1996rosafermu, basado en la trilogía de EL James, Cincuenta sombras de Grey
Editada: 2016
Ilustraciones: Internet
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS
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