Cada vez estoy más convencida de que, si hay algo que realmente queremos, que nos importa, debemos ir a buscarlo. Y lo digo porque cuando me he enterado de cómo Rita Ora, una cantante londinense de origen kosovar, llegó a participar con uno de los pocos papeles secundarios que ha habido en la película más esperada de la década, Cincuenta sombras de Grey, me he quedado admirada. Rita Ora era una fan más de la trilogía erótica de Erika L. James. Como podéis ser vosotras, o como puedo ser yo. Con la diferencia de que ella tenía contactos, claro, no vamos a quitarnos mérito ahora nosotras…
El caso es que cuando se enteró de que se iba a rodar una película, ni corta ni perezosa se dirigió a Sam Taylor Johnson para ofrecerle alguno de los temas que tenía grabados y que pensaba que podrían ir bien a la historia. La directora de la primera entrega de la saga -que no de las próximas, puesto que, como ya os he contado antes, debido a los desencuentros con Erika L. James no seguirá dirigiendo Cincuenta sombras más oscuras, ni Cincuenta sombras liberadas- invitó a Rita a pasarse por las audiciones.
Rita, sorprendida, cuenta en una entrevista que lo último que se esperaba era acabar haciendo ella misma una prueba. Pero a la polifacética y joven artista de veinticuatro años no se la para fácilmente. Y ésta no es su primera colaboración en el cine, aunque sí la más sonada. Se colocó delante de la cámara e hizo la audición como uno más. Salió de allí no con un par de canciones colocadas para la película Cincuenta sombras de Grey, sino con un papel secundario: el de la hermana querida y pequeña del multimillonario empresario Christian Grey. Tuvo que perfeccionar un poco su acento norteamericano -recordemos que los Grey son una familia acomodada de Seattle y Rita Ora ha crecido en Londres, por lo que su acento británico tenía que ser un poco pulido-, pero cuando lo tuvo dominado, le dieron el papel.
La crítica se ha cebado con Rita Ora por su participación en la película. Que si el peinado no era el que imaginábamos para la dulce Mia Grey, que si el aspecto de mujerona, de chica de vuelta de todo que tiene la cantante kosovar no casa con la idea de la hermanita del multimillonario… En fin, hay críticos siempre para todo, y el caso de Rita Ora no iba a ser distinto. Siempre resulta más tentador criticar a quienes ya tienen su sitio en el podio de las estrellas, especialmente si se trata de gente joven, trabajadora y rica. Menos mal que Rita está por encima de ese tipo de críticas absurdas y despiadadas, y lo único que tiene para la película son buenas palabras, buenos recuerdos, y la esperanza de salir en las siguientes entregas algo más de lo que ha salido en la primera. Que no han sido más que un par de minutos, un par de frases…
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