Y fiel a su promesa, Christian hacía gestiones para encontrar un apartamento para Elena que la permitiera vivir dignamente. Ella prefería Nueva York, ciudad lejos de todo lo vivido en Seattle, lejos de él. Y Christian lo prefirió.
A su regreso al apartamento, Christian llamó a su casa y dijo a Anastasia, que se retrasaría un par de días, como máximo, en su regreso. No sabía que excusa darle; no quería mentirle, pero tampoco podía explicarle todo lo acontecido en esa noche. Sería mejor en persona y dar todos los detalles. A pesar de todo, sabía que iba a tener una discusión con ella, pero su deber le dictaba que debía proceder de ese modo.
Al día siguiente, volvió al hotel y llamó a la puerta de la habitación que ocupaba Elena. Ella ya estaba levantada, cubierta con un albornoz , pues acababa de ducharse. Christian llevaba una bolsa con ropa nueva para ella. Lo mismo que hizo con Anastasia la primea vez que durmió en Heathman. Era su destino, rescatar mujeres en apuros. Sonrió y entró en la habitación
- Creo que te gustará ponerte ropa limpia-, le dijo mientras le entregaba la bolsa con su contenido
- Ha sido maravilloso volver a años atrás cuando podía hospedarme en sitios como este. En fin, de nada sirven las nostalgias. En definitiva, yo lo elegí
-Elena, hoy me contestan sobre un apartamento que te he comprado. Lo amueblarán en un par de días. Tengo que regresar, pero desde Seattle haré gestiones para instalarte una peluquería con la que puedas ganarte la vida decentemente, independientemente que sigas tus inclinaciones, pero al menos no te prostituirás. No debes hacerlo, no es tu estilo. Si tienes algún inconveniente con la vivienda o con el local, llámame al número que voy a darte. Es un teléfono de tarjeta, de modo que cuando hayas resuelto todo, lo anularé. No volverás a ponerte en contacto conmigo. ¿ De acuerdo ?
- ¿ Tienes miedo de que se entere tu mujer ?
- No Elena, porque yo mismo le contaré todo esto, peo quiero vivir mi vida tranquilo y vosotras sois incompatibles
- Está bien, me parece lógico. Ella es tu mujer y tu familia. Te agradezco todo cuanto estás haciendo por mi, y tranquilo, no perturbaré la paz de tu hogar.
Se encaminaron a casa de Elena y recogieron la poca ropa que tenía. Después la instaló en su apartamento hasta que el que le había comprado estuviera listo. En la mirada de Taylor había reproche, pero no dijo ni una palabra, no era quién para criticar lo que estaba haciendo, y por otro lado sabía de su buen corazón y su comportamiento con las otras personas que habían pasado por su vida. Conocía la galería que había instalado a Leila, con la diferencia de que Ana lo sabía y dio su conformidad, pero ésto... Sabía que tendrían problemas si llegaba a enterarse. Una vez instalada, Christian y Taylor se dirigieron al aeropuerto para regresar a Seattle. Elena recorrió el apartamento sonriendo satisfactoriamente. Y a su cabeza volvieron los buenos tiempos
Christian, cuando iban a embarcar en el avión, le miro y con un dedo en los labios le indicó, que no dijera ni palabra. Vería cómo lo solucionaba con Ana. Tendría que explicárselo pero ¿cómo ? sabiendo el odio existente ente ellas dos. Sería difícil que lo comprendiera, pero creía haber obrado bien.
Mientas esperaban el embarque, en las tiendas del aeropuerto, compró alguna chuchería para Anastasia, como hacía siempre, pero esta vez se sentía culpable de algo, que de tener calma, seguro que lo comprendería ¿ o no ? Posiblemente estuviera cometiendo un gran error, pero cuando la vio buscando unos dólares a cambio de entregarse a los placeres de un hombre adinerado, pensó que no era justo vivir de ese modo, No ella, que siempre había sido dueña y señora de su propia vida.
Le vino a la memoria lo que hacía muchos años, Ana le preguntó en una ocasión ¿ la querías ? No sabría responder a esa pregunta, estaba seguro de que no la amaba, ni la había amado, eso fijo, pero sin embargo albergaba un sentimiento de algo vivido muy intensamente con esa mujer ¿Estuvo enamorado de ella ? No, pero si tuvo una atracción sexual, muy diferente a la que tiene con su mujer, una atracción distinta pero en aquellos momentos arrebatadora en su vida.
- Señor, tenemos que embarcar
La voz de Taylor, le sacó de sus pensamientos , de esos pensamientos tan perturbadores, y es que algo no terminaba de encajar en su vida y en su pensamiento. Se dirigieron al avión. Tenían por delante varias horas para organizar su cabeza y ver el mejor modo de que Ana comprendiera exactamente lo que le había movido a proteger a Elena. ¿ Se lo debía ? Pagó con creces su deuda, tanto sexual como económicamente, pero no obstante, no le gustó verla mendigando por las mesas una compañía no deseada, pero que la proporcionaría unos dólares para ir tirando. ¿ Merecía aquél tipo de vida? ¿ Por qué vendió un negocio floreciente que la permitía llevar los lujos a los que estaba acostumbrada?ella podía vivir a lo grande, de hecho vivía, sin necesidad de tirarlo todo por la borda. Algo no estaba bien en esa historia. Trataría de averiguarlo. Pero ahora lo primero era tratar con Anastasia de ese tema.
Y por fin ya estaba en casa. Anastasia no tardaría mucho en llegar de SIP, pero él seguía sin encontrar la forma de decírselo a ella. Sabía que era un tema espinoso, que no le iba a gustar. Dejaría pasar ese día. Ahora quería pasar una velada tranquilo con su mujer. Hacía tres días que no la veía y la había echado de menos mucho, muchísimo. Seguía queriéndola más que el primer día. Habían encontrado el equilibrio perfecto, y deseaba que no se perturbara la paz conyugal de la que disfrutaban. Phoebe le recibió con los brazos abiertos. Adoraba a su padre, sin embargo Teddy, se compenetraba más con su madre, pero ambos chicos se desvivían por él, y Christian les adoraba. Se sentó en el salón junto a su hija, y ésta le puso al corriente de que Teddy, se había desmadrado un poco los días que él había faltado.
- Mamá le abroncó de qué manera. Pero él no hizo ni caso y al día siguiente llegó a la misma hora
- ¿ Y que hora fue esa , Phoebe?
- Pasadas las doce. Mamá estaba histérica no sabía qué hacer. Estaba nerviosa por si le había pasado algo. Al final fue que acudió a un cine con sus amigos y no se dio cuenta de la hora que era
- ¿ Y al día siguiente por qué fue ?
- Dio una excusa pueril que nadie se creyó. La realidad es que anda algo enamorado de una chica y con el pretexto de ir a su casa a estudiar llega cuando quiere
- Hablaré con él. Mamá ¿ está bien ?
- Está preocupada por Teddy, pero por lo demás tan guapa como siempre. Y tú ¿ que has hecho en Nueva York? ¿ Cuando vas a llevarme ?
- En el primer fin de semana que vayamos mamá y yo ¿ quieres ir ?
- Naturalmente que quiero. Me muero de ganas por ir
- Está bien, cielo. Lo tendré en cuenta.
En ese momento, llegó Ana. Ambos esposos se fundieron en un abrazo y un beso largo y profundo. Era la primera vez que se habían separado en mucho tiempo y se habían echado de menos.
Autoría: Relato de 1996rosafermu, basado en la trilogía de E L James, Cincuenta sombras de grey
Editada : Noviembre de 2016
Ilustraciones: Internet / Cincuenta sombras
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