CHRISTIAN AND THE SHADES

CHRISTIAN AND THE SHADES
Todo lo relacionado con Cincuenta Sombras de Grey. Basado en la trilogía de E.L. James

lunes, 28 de diciembre de 2020

Los Grey - Capítulo 9 - Un viaje a Detroit

 Abrió un cajón de su estudio para guardar la copia de la llave del cuarto rojo, y al hacerlo vio el sobre marrón  que recibió en su día con la información  de su madre biológica. Se sentó en una butaca y  volvió a leerlo detenidamente. Hacía mucho tiempo que lo había recibido.   Lo leía tan a menudo que se lo sabía de memoria. Y volvió a ver la carta de Lizzy, aquella amiga de su madre biológica. Había fallecido y sus hijos enviaron a los abogados la carta que un día le escribió ELLA.





Detroit, 15 de Abril de 2016

Informe sobre Ella Dickinson,  Detroit  /   At. Mr Welch -  Detective Privado

Apreciado señor Welch:

Poco se ha podido averiguar de la titular de este informe, ya que no dejó descendientes y  no se le conoce familiar alguno, por estar sus padres fallecidos.  A través de distintos medios, por alguna amiga, y del lugar en donde trabajo al abandonar el domicilio paterno,  hemos sabido que tuvo un niño sin padre reconocido, y que cambió de domicilio, viviendo en una zona más céntrica que le facilitase un trabajo...

Al fallecer contaba con aproximadamente  veinte o poco más  años de edad.  Fue enterrada por los Servicios Sociales en el cementerio municipal de Detroit.  Su deceso fue debido a sobredosis de drogas, y se la halló muerta en su propio domicilio al cabo de cuatro días de su fallecimiento.  Un denunciante anónimo dio aviso a la policía que hizo acto de presencia, hallando a un niño de corta edad junto a ella.  Se le practicó autopsia.


El niño, de nombre  Christian, según él mismo informó a través de una nota, pues no tenía la facultad del habla en esos momentos,  Fue trasladado por los servicios sociales a su sede central, en espera de encontrar una casa de acogida. Posteriormente fue adoptado por el matrimonio Grey Trevelyan, con la legalidad vigente, pasando de llamarse Dickinson, el apellido de soltera de su madre, a tomar los apellidos del citado matrimonio adoptante.

Así mismo adjuntamos una carta que nos ha sido aportada por los hijos de la tal Lizzy, fallecida hace un par de meses, y que según nos indican  dejó encargado su madre nos fuera remitida por si pudiera aportar algún dato.  Al venir en sobre cerrado y dirigido a otra persona, no hemos querido abrirla.  Si ustedes al hacerlo vieran algo que aporte luz al asunto que tenemos, les rogamos nos lo hagan saber a la mayor brevedad posible.

Eso es todo lo que hemos podido conocer al día de la fecha..  Si acaso se encontrara otra fuente que aportara más datos, se lo comunicaríamos de inmediato.

                                  Suyo affmo.  Sheridan y Asoc. Abogados

Y volvió a sacar del sobre aquella carta escrita por su madre, poco antes de morir.  Le daba miedo porque la emoción le atenazaba la garganta y muchas veces interrumpió su lectura en el encabezamiento y la había guardado sin leer. Pero hoy si lo haría.  Desdobló el papel, y comenzó a leer. 

Detroit,  19 de Marzo de 1984

Mi querida Lizzy:

Te escribo esta carta en un momento de lucidez y mientras mi hijo juega con un pequeño tren. Sé que mi vida se acorta y no sé lo que será de mi pequeño. Seguramente su destino estará en alguna casa de acogida o cualquier orfanato.. Le quiero muchísimo y lamento profundamente los errores que cometí y de los que él está sufriendo las consecuencias.  No sé qué hacer ni a quién recurrir. Si acaso algún día te localizara, entrégale esta carta y dile que le he amado mucho y que me perdone por todo el daño,  que sin querer,  le he causado. A ti te recuerdo siempre, porque siempre estuviste a mi lado.  Te doy las gracias por ello, y a mi antigua jefa en el bar.  Ambas fuisteis las únicas personas que me ayudaron  y que me demostrasteis afecto.  Os bendigo a ambas, y siempre estaréis en mi recuerdo.   Te adjunto esta foto que me hice en el Instituto, por si le vieras, al menos sepa cómo era. Adiós querida amiga   ELLA 


Grey había vuelto a leer el escueto informe encargado,  tras insistir mucho Anastasia, desde hacía  tiempo, pero hoy, al fin,   conoció el contenido de la carta de su madre moribunda. Y sacó la foto que era igual a la pinchada en su corcho juvenil y que los Grey le dieron cuando le llevaron a su casa.

  Pasó la mano por su frente para alejar tan dolorosos renglones. y volvió al día en que discutió con Anastasia por el nombre de su hija.  Sus hijos eran   pequeños.  La discusión había tenido lugar  porque ella deseaba dar  a la niña,  casi recién nacida,  el nombre de la madre biológica de Christian,

- No insistas. Mi hija no tendrá nada que ver con mi pasado
- Pero ELLA es un nombre muy bonito
- He dicho que no. Phoebe también lo es. Y se llamará Phoebe. Me toca a mi, puesto que a Teddy le pusiste tú el nombre. Y por favor dejemos ya esta conversación.
-Pero al menos, averigüemos qué es lo que pasó
- He dicho que no quiero saber nada.


Pero al día siguiente de esa conversación, encargó a Welch que hiciera ese trámite, a sabiendas de que nada se encontraría. Y Welch contactó con el prestigioso despacho de abogados y con las indagaciones que él mismo pudiera llevar a cabo. Que no fueron muchas por escasez de datos.

Pasó mucho tiempo, hasta que se decidió a leer el  informe, se encerró en su estudio y allí permaneció durante horas.  Cuando salió, Ana vio que tenía los ojos enrojecidos.  Se abrazó a ella, , no hizo ningún comentario. Sólo trago saliva y dijo

- Subamos a dar las buenas noches a los niños.

Ana asintió con la cabeza. Se enlazaron por la cintura y subieron al cuarto de sus hijos. Les leyeron los cuentos hasta que  se durmieron tranquilamente.  Christian acariciaba sus cabezas viéndoles dormir tranquilos, seguros de que estaban protegidos en un hogar caliente y acogedor.  Les besó en la frente, y miró a su mujer. No hubo  palabras.  No hacían falta, ella sabía muy bien lo que esa mirada significaba. Toda la angustia y tristeza de una niñez desoladora.

Ya en su dormitorio,  y acostados, Christian la atrajo hacia sí  y como siempre enterró la cabeza ente sus cabellos, en su refugio.  Ella se volvió hacia él y acarició su rostro suavemente, y se dio cuenta de que unas pequeñas lágrimas brotaban de sus ojos.

- Por favor no vuelvas a leerlo. No consigues nada torturándote No tuviste la culpa.  Fuiste tan víctima como ella; no te tortures. Creo que deberíamos ir a Detroit
-¿ A Detroit?
- Si. Iremos a las oficinas de los abogados que confeccionaron el informe y tratemos de averiguar dónde está enterrada. Únicamente de esa forma te quedarás tranquilo
- No, ni hablar
-¿ Por qué ? Mira dejamos los niños con Grace e iremos. Sólo serán pocos días. En cuanto lo averigüemos estaremos de regreso.  Creo que se lo debes. Pasaste muchos años pensando que no te quería y que tú no la querías a ella.  Es hora de que ese asunto quede zanjado.
- No seas terca Ana
- No lo seas tú. Iremos
- Ahora hace mucho frio en Detroit. No tienes ni idea como nieva.
-Bien pues así lo sabré.  Mañana mismo dejo todo arreglado en SIP para faltar unos días. Y tú haz lo mismo en tu oficina. No hay más que hablar.


Y partieron a Detroit, con un Christian remolón, pero al mismo tiempo ansioso por saber el lugar en donde reposan los restos de su madre biológica.

La nieve cubría las calles de Detroit y los coches circulaban despacio, con precaución. Dentro de un taxi iba la pareja en silencio. El con el rostro crispado, ella expectante.. Lentamente se encaminaban hacia el cementerio de la ciudad.  Habían llegado en avión hacía dos días, con el tiempo justo de hacer algunas averiguaciones y visitar una vieja tumba olvidada del mundo.  El taxi que les conducía hasta allí, les dejó no muy cerca del lugar al que se dirigían. El sepulcro estaba situado en una zona poco accesible. Pagaron la carrera, y cogidos de la mano buscaron un nombre. 
Apenas podían  leerse  las lápidas borradas por el tiempo y cubiertas por la nieve caída . Hacía muchísimo frio. Con las manos enfundadas en los guantes, apartaban la nieve  para poder ver las inscripciones. El llevaba un plano que le habían  dado en el Ayuntamiento .  Tardarían un buen rato en localizarla, pero al fin lo consiguieron.


De pie, uno junto al otro,  enlazaban sus manos para infundirse valor mutuamente.  Había conseguido llevarle hasta allí, aunque llevaba mucho tiempo intentándolo, y él , rechazándolo.  Pero ahora estaban frente a la tumba con una chapa borrosa  que simplemente decía un nombre y una fecha

                                         ELLA  /   Detroit 1984                                             
                                     
Nada más...,  escuetamente. Y esas pocas palabras se clavaban en la retina de Christian como un cuchillo. ¡ Cuánta tristeza encerrada en ellas !

El  permanecía en silencio, con la mirada fija en aquellas líneas, pensando lo que todo aquello encerraba de doloroso. Ella apoyaba su cabeza en el hombro y,  él la atrajo hacía si,  abrazándola

- Vámonos- dijo - ..  Nunca debimos venir
- Es triste, pero  teníamos que hacerlo. Ella vivió su propio infierno y es hora de que la perdones.  Ahora sabes el valor de ser padre y para ella no debió ser fácil recorrer ese camino, sola, sin tener siquiera un rincón en el que refugiarse.  No puedes ser tan cruel. Es hora de pasar página definitivamente, pero no lo conseguirás si sigues guardando en tu interior  rencor hacia ella.

Se giró hacia Ana y la abrazo.   Sin poder remediar un profundo sollozo  atenazó su garganta. Se arrodilló, sin importarle la fría nieve que había en el suelo.  Ella también lo hizo; no le dejaría solo.  El lloraba,  lloraba sin poder parar. Cubrió su cara con las manos y así permanecieron largo rato.  Cuando se calmó un poco, levantó la cabeza y miró a su mujer, con  infinita tristeza . Como suplicando..., como si ella pudiera aplacar el dolor  que sentía

-¿ Quieres que te deje solo ?  Estaré cerca por si me necesitas - dijo ella apenada 
- No, por favor. Permanece a mi lado,  porque sin tu presencia no hubiera sido capaz de estar aquí. Ni siquiera la he traído unas flores...  Seguramente nunca las habrá tenido...
- No te atormentes. Si ella pudiera verte, no la importaría. Tú eres quién importa..., tu presencia aquí. Sabía que la querías, y la cuidabas... ¡ Eras tan pequeño !

Un grito desgarrador salió de los más profundo de su garganta pronunciando su nombre;  Ella, Ella, ¿por qué ?
- Cielo, la vida te presenta,  a veces, cosas  que no puedes controlar y seguro que a ella le ocurrió algo para que su destino fuera tan solitario y tan triste. Salgamos de aquí



Tirando del brazo de su marido, le ayudó a levantarse.  Cuando ya se alejaban, él volvió la cabeza y con su mano enfundada en el guante, tiró un beso al aire en dirección a la tumba que guardaba los secretos y amarguras de ELLA.

Anduvieron el largo camino que les conduciría hasta la salida.  Iban muy juntos, como para darse calor mutuamente.  El,  la enlazó por la cintura  para que no se resbalara con la nieve, Allí tomaron un taxi que les condujo hasta el hotel. Cogerían  el avión a la mañana siguiente que les llevaría de regreso a su casa, a Seattle.  
A su llegada al hotel, en Recepción, les dieron  un sobre grande , de color marrón, que habían dejado para que les fuera entregado a su llegada..  El lo depositó encima de la cama

- ¿ No vas a  abrirlo? - le dijo ella
- No, nena.  Sé lo que dice,  y no me encuentro con ánimo de hacerlo ahora. Ya lo abriré.

La visita al cementerio, había sensibilizado al matrimonio.  El estaba pensativo y,  ella no sabía cómo hacer para levantar su ánimo.  Las calles no estaban en situación de pasear, no obstante le prepuso, para pasar las horas, acudir a unos grandes almacenes a comprar algún regalo para los niños. El aceptó. Necesitaba distraer sus pensamientos.

Tomaron el avión al día siguiente rumbo a Seattle. Antes había dejado encargado a los abogados pusieran una lápida de mármol blanco de la mejor calidad y una inscripción en la que se leyera su nombre y apellido,     así como las fechas de nacimiento y defunción.
                                        
                                                   ELLA DICKINSON
                                                  
                                                   Detroit *1964  -  + 1984

 Después en la mejor floristería de Detroit, dejó encargado que nunca faltasen  flores en su tumba, dejando los datos a donde deberían hacer el cargo de su pedido.  No volvería a tener la tierra seca ó mojada sobre sus huesos.  Merecía una buena sepultura, y su hijo se la dio.


Autora: Relato libre de 1996rosafermu, basado en la trilogía de E L James, Cincuenta sombras de Grey
Editada:  Noviembre de 2016
Ilustraciones: Internet / Cincuenta sombras de Grey
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

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