CHRISTIAN AND THE SHADES

CHRISTIAN AND THE SHADES
Todo lo relacionado con Cincuenta Sombras de Grey. Basado en la trilogía de E.L. James

martes, 16 de febrero de 2021

Los Grey / La liberación de Christian - Capítulo 24 - Fantasía

 Ana trastabilla con sus tacones: Está muy cansada. Me inclino hacia ella quiero ayudarla y le digo subirla en brazos, pero no quiere, a cambio si le quito los zapatos, y al sentirse descalza suspira de alivio. Subimos hasta el dormitorio. Kate y Elliot ya se han retirado. De Mia y Ethan no sabemos nada, pero tampoco me preocupo.  Está con él, y además ya es mayor para saber lo que hace.  No es asunto mio.


Llevo a Anastasia hasta el cuarto de baño y hago que se siente en un taburete junto al lavabo.  Ella no sabe lo que voy a hacerle, pero tampoco siente interés en averiguarlo. Le pesan los párpados. Tomo unos algodones desmaquilladores y un tónico para ello, que he encontrado en uno de los armarios. Suavemente lo voy pasando por su rostro, hasta que desaparece la capa de maquillaje que ocultaba la piel transparente de Ana.  Ella se deja hacer y sonríe.  Cuando tiene la piel totalmente limpia, la llevo hasta el dormitorio y le ayudo a desvestirse.  Me gusta ocuparme de ella; la siento como si fuera una niña pequeña que me necesitara. Yo sé que ella es fuerte, y que sabe valerse por si misma, pero es tanta mi necesidad de ella, que hasta el más pequeño de los detalles quiero hacérselo  yo. La desnudo y le pongo una camiseta para que duerma cómoda. Corre a refugiarse entre las ´sábanas juguetona , lo que me hace sonreír.  Han sido muchas cosas en pocas horas: el viaje, la altura de Aspen, el compromiso de Elliot y el incidente del patoso en la discoteca. Tomo su mano, y compruebo que la tiene enrojecida y algo hinchada  " Cuidado con ella ". Conozco la fuerza de sus proyectiles.  No hace mucho, tuve que resguardar mi cabeza de un cepillo con alas.


Sonrió con ternura al ver su cara de complacencia por encontrarse en la cama.  Tenemos miles de anécdotas juntos, vividas en poco tiempo, pero que servirían para toda una vida. Acaricio su cabeza suavemente..  Abre los ojos y en ellos veo un brillo especial, ese brillo que sé perfectamente a que se debe.  Le digo no con la cabeza, y ella me hace un hueco en la cama para que me acueste. Aunque deseo hacerlo, no lo haré porque no sería capaz de resistir la tentación que supone tenerla cerca e incitándome al sexo. No, no puede ser.

- Has bebido mucho, estás cansada, y la altura de Aspen te ha fatigado.  Además he de hacer una llamada
- Por favor Christian no te vayas
- No  Ana, no tardaré, pero ahora debes dormir. Además mañana hemos de madrugar. Haremos senderismo  ¿recuerdas?. Duerme nena, te prometo que no tardaré.

La beso, la arropo, y ella se arrebuja y tarda un instante en quedarse dormida.  Regreso al dormitorio unos momentos después cuando comprendo que duerme. Silenciosamente me desnudo y me introduzco en la cama con cuidado para no despertarla. Le doy mi beso de buenas noches, aunque en realidad debieran ser de buenos días.  Acaricio su cara a penas sin rozarla y sonrío al contemplar la placidez que desprende. Luego con la mirada, recorro su cuerpo, sus exquisitas formas, que evito acariciar para no despertarla.  Paso mi brazo por su cintura y hundo mi cara entre su cuello y su cabello.  Ya es una costumbre adquirida desde que duermo con ella: pongo mi pierna sobre las suyas, como sujetándola para evitar que se marche.. Nunca antes había tenido esa sensación de pertenencia, porque nunca antes había dormido con nadie, aunque creo que lo hago porque es ella.  Y repaso rápidamente los meses transcurridos desde nuestro primer encuentro, y no puedo evitar el sonreír   En estos momentos sé lo que significa la palabra felicidad, porque la estoy experimentando.  Lentamente, comienzo a parpadear y al final, mis ojos se rinden al sueño.



Soy de dormir ligero y cualquier ruido o movimiento me despiertan en el acto. Noto que Anastasia se revuelve en la cama, quizá sea porque yo le impido la libertad al permanecer con mis brazos y mis piernas rodeando su cuerpo. Me despierto algo intranquilo ¿ qué pasa ? la pregunto ¿ Por qué siempre vivo sobresaltado pensando en que ocurre algo? Sobre todo cuando estoy con ella y con los acontecimientos vividos, estoy continuamente en alerta..

- No ocurre nada, no te preocupes- me responde con esa sonrisa capaz de derretirme
- ¿ Has dormido bien ?
- Si, muy bien. Gracias por cuidarme anoche. Si por mi hubiera sido me hubiera metido en la cama tal cual, , hasta con los zapatos si se hubiera terciado- me dice riendo- Me sentí cuidada y muy querida cuando te ocupaste de mi

Siempre deseo cuidar de ella, ocuparme de ella.  Quiero que me necesite que no pueda respirar si no me tiene cerca.  He conocido esta sensación tan hermosa como es el amar a una persona, el estar pendiente de cada gesto, de cada pensamiento.  El sentir que la necesitas hasta para respirar y que darías tu vida mil veces por ella, si fuera necesario.  Es una sensación nueva para mi, deliciosa, hermosa, reconfortante, porque sé que  a ella le ocurre lo mismo.

Anoche no hicimos el amor antes de dormirnos, lo que significa que estoy excitado. Siento su cuerpo cerca del mío y comienzo a recorrerlo por debajo de la camiseta.  Tengo algo en mente que deseo hacer con ella, pero no me atrevo a decírselo.  Es una fantasía que desde hace días deseo hacer.  Ella presiente que algo está pasando por mi cabeza.  Debe ser por mi forma de mirarla, de acariciarla, de besarla y de poseerla.



Me pregunta lo que ocurre, y yo le digo que deseo tener con ella una fantasía. Que se resista a mis caricias, que se revuelva contra mi, que me haga difícil, muy difícil la posesión.  Sólo de pensarlo mis partes bajas comienzan a inquietarse y ella lo nota.  Lejos de decirme que no, sonríe e inmediatamente  refriega su cuerpo contra el mío. Señal inequívoca de que está conforme.

Me pongo encima de ella y le sujeto los brazos.  Comienzo a besarla y ella mueve la cabeza de un lado a otro tratando de librarse de mis besos, que poco a poco van bajando por su cuerpo.  Se retuerce para desasirse de mis manos.  Patalea para evitar que siga avanzando, pero todo ello  hace que ambos nos exaltemos,  y cuando mi boca llega a sus pechos ella trata de levantar mi cuerpo que contra el de ella aprisiono en la cama. Me da pataditas en el trasero y yo le muerdo suavemente cada centímetro de piel.

 Bruscamente le quito la camiseta  y ella en respuesta baja mi pantalón del pijama, que sacudo para sacármelo. Estamos los dos desnudos piel con piel. La beso,  la pellizco, , muerdo sus labios, sus pechos y acaricio su sexo. La beso en la boca invadiéndola con mi lengua y noto que ella ya no quiere luchar mas.


 Responde a mi beso ardiente y sensual, y yo la sigo y mi fantasía continúa porque así es como lo había imaginado.  Ella rodea mi cintura con sus piernas sintiéndonos más cerca, y comenzamos a movernos, pero no deseo que esto termine aún. Ella baja su mano y me  acaricia con suavidad y con rotundidad  la erección. Ella ha tomado la iniciativa y la siento a horcajadas sobre mi haciéndola mía una y otra vez. Es exquisita la sensación extraordinaria. La miro y puedo ver reflejado en su rostro el placer que experimenta. Nos abrazamos , ella me abraza la cabeza y yo la aprieto contra mi cuerpo.  Alcanzamos el clímax increiblemente placentero y lo alcanzamos los dos a un tiempo.

Salgo de su cuerpo y la deposito suavemente sobre la cama.  Acaricio su espalda y ella se rinde a mis caricias. Nos miramos sin hablarnos, pero en mi cabeza comienza a abrirse paso una idea. Esta es la Anastasia que quiero, la que necesito.  Nunca había tenido una fantasía como esta, entre otras cosas porque no las necesitaba.  Todas eran surgidas por mi, monótonas, siempre lo mismo, con un mismo final.  Pero lo de hoy ha sido diferente porque ha sido ella la que al final me ha tomado, he sido suyo y eso me complace porque demuestra que no es una mujer insensible, sino que siente las excitaciones y que es libre para expresar lo que desea hacer y que le hagan.  Nuestros encuentros sexuales no tienen comparación con nada, y cada vez es diferente lo que hace que la excitación sea siempre por parte de ambos y con la misma intensidad. Nunca había jugado a esto que acabamos de hacer, ni siquiera con Elena, porque lo de ella eran juegos diferentes, y ahora si volviera a practicarlos, pienso que no me gustarían.


. Ana puede tocarme el pecho, como lo ha hecho al empujarme, pero nadie más que ella. Y todos estos pequeños detalles, son lo que lo hacen diferente a todos los demás, porque entre nosotros existe amor, porque intervienen las caricias y los besos y las susurrantes palabras al oído.  Y lo de ellas, era mecánico: juego y sexo.  En contadas ocasiones las besaba, y por supuesto ellas tampoco lo hacían.  Tan sólo Elena, pero eran muy distintos a nuestros besos de ahora, en los que tan sólo con un roce suave se enciende nuestro deseo ardiente de poseernos uno al otro..

La vuelvo a besar. La miro con ternura, con toda la ternura  que me inspira y ella me besa. toma mi cabeza entre sus manos y me besa en la boca, en el cuello y en cada una de mis cicatrices.  Yo entorno los ojos y me rindo a su pasión y a la mía. Me encantan sus caricias sanadoras en esas cicatrices que me atormentaron durante tanto tiempo y ahora son el bálsamo de mi amor.  Ella desea besarme , ahí precisamente, y yo  la dejo porque también lo deseo, y recuerdo lo que me costó llegar a lo que ahora disfruto, y me parece increíble que sea algo tan placentero lo que en tiempos fue una tortura. Y vuelvo a poseerla, pero esta vez tiernamente, suavemente, dulcemente, expresando todo el amor y admiración que siento por ella.  Estamos rendidos y ambos abrazados el uno al otro, nos quedamos dormidos.





Autoría:  Versión libre de 1996rosafermu, basado en la trilogía de EL James, Cincuenta sombras liberadas
Edición: Año 2017
Ilustraciones: Fans - Internet - Cincuenta sombras
Vido: Youtube / Love me like you do / Ellie Goulding
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

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